El gobernador del estado de la Florida se reunió el lunes con un numeroso grupo de venezolanos que pedían a gritos libertad para su país y les prometió que entregará al presidente Barack Obama una carta con 1.000 firmas solicitándole que tome medidas urgentes por la situación que atraviesa la nación sudamericana. AP
“La gente de Venezuela tiene voz y esta petición les garantiza que no será silenciada. Sus voces no pueden ser ignoradas. Esta petición representa las voces de más de 1.000 personas que se han unido para instar al gobierno de Obama a que tome medidas. Las voces que piden libertad y justicia no serán ignoradas”, manifestó el gobernador Rick Scott ante una concurrida audiencia venezolana.
El encuentro entre Scott y los venezolanos tuvo lugar en un pequeño restaurante ubicado en el suroeste de Miami, donde miembros de la comunidad sudamericana lo escucharon mientras levantaban banderas con los colores azul, rojo y amarillo y carteles con fotografías de personas que habrían fallecido en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de la nación sudamericana.
“Libertad, libertad”, “Venezuela unida jamás será vencida”, y “No me da la gana, no me da la gana, una dictadura igualita a la cubana”, coreaba la multitud tras escuchar a Scott.
El gobernador republicano recordó que ya le ha solicitado a Obama que tome medidas económicas y suspenda las visas de funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, y que el presidente “aún no ha hecho nada”.
“No entiendo por qué el presidente no hace nada… no tiene sentido”, le dijo a una mujer que le preguntó por qué el gobierno estadounidense no ha tomado medidas contra el gobierno de Venezuela. “EL presidente tiene que tomar medidas, necesitamos imponer sanciones económicas al régimen de Maduro”, manifestó el gobernador mientras llevaba colgada en su cuello una bandera venezolana, como si fuera una bufanda.
Tras pronunciar unas pocas oraciones en español, el gobernador instó también a la comunidad venezolana de la Florida a seguir juntando firmas y a circular la carta por todo el mundo, para que tenga más fuerza.
La carta de una página fue escrita por Ruth de Alcalá, una venezolana que reside en Estados Unidos desde hace 34 años.
En la misiva, que a partir de ahora circulará también por Internet, Alcalá le pide a Obama que “tome una posición más directa en condenar lo que está ocurriendo en Venezuela” y le explica que si su postura fuera más explícita, “los ojos del mundo podrían ayudar a prevenir las atrocidades que el gobierno esconde e incrementa a diario”.
En las úlltimas semanas, Venezuela ha sido escenario de protestas callejeras en Caracas y otras ciudades del interior que han dejado más de una treintena de muertos, 559 heridos y 1.700 detenidos, 168 de los cuales permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales.
Universitarios y opositores, principalmente de clase media, han salido a las calles a manifestar contra la galopante inflación, el desabastecimiento de productos básicos y la creciente criminalidad.
Maduro ha dicho que las protestas forman parte de un plan de la oposición para promover un golpe de Estado. La oposición ha rechazado esas acusaciones.
Congresistas estadounidenses presentaron este mes en ambas cámaras del Congreso proyectos de ley que ordenan al presidente Obama sancionar a los funcionarios del gobierno venezolano responsables de violar derechos humanos.
El departamento de Estado, en tanto, ha pedido a Venezuela que respete los derechos humanos y libere a opositores que han sido encarcelados.
Alcalá, de 57 años, explicó a la AP que escribió la carta “por desesperación” y envió 100 copias a la Casa Blanca, pero hasta ahora no ha recibido ninguna respuesta.