¿Cómo ser sexy?

¿Cómo ser sexy?

Muy sencillo. Ponte unos buenos tacones que realcen tu trasero, un maquillaje que destaque la profundidad de tu mirada y el grosor de los labios y ropa ceñida que muestre tus curvas, reseña el portal Hablemos de Sexo y Amor.

Si no tienes una belleza natural, no temas en usar añadidos artificiales: pestañas postizas, rayos uva para una piel bronceada, extensiones de pelo, etc.

Jajajaja. No, es broma. Eso es sensualidad industrial y no es de lo que quiero hablar ahora.





Quiero hablar de ese momento del día, de la semana o de la vida en el que te das cuenta de que eres un ser sexual. Después de que la estudiante haya terminado las tareas, la hija haya cumplido con la familia y la trabajadora termine su turno, sale la mujer con necesidades físicas que quiere desear y sentirse deseada. Y un orgasmo, probablemente, también quiera un orgasmo.

Hay gente para las que las diferentes facetas de la vida no están tan separadas y van rezumando sexualidad por donde quiera que van, causando problemas en aulas, bibliotecas, cafeterías, oficinas y autobuses y más de un malentendido. Son las mujeres sensuales. Y a veces me parece que son el referente femenino a partir del cual decidir si se quiere ser como ellas o todo lo contrario.

Una vez me dijeron que yo era una persona muy sensual. Lo cual me pareció muy chocante porque nunca me he considerado como tal. Hasta ese momento, sí, puede que fuera bonita, agradable, graciosa… ¿pero sensual? Admito que me tomó por sorpresa. Y no, la persona no se refería solamente a que tengo el pecho grande. Más tarde me lo ha dicho más gente, pero actualmente sigo sin entender qué es lo que hay exactamente de sensual en mí, pero he aprendido a utilizarlo y a obtener resultados.

Desde entonces, llevo haciendo un ejercicio que consiste en analizar a todas las personas de mi alrededor e intento adivinar qué las hace sensuales (unas más que otras, por supuesto) y es interesante ver cómo ser sensual no tiene nada que ver con ser atractivo y cada uno lo es de una forma diferente. Puede ser la voz, la forma de gesticular, cómo mueve el pelo, las manos (¡!!!!!), la manera de caminar… bueno, ustedes mismos pueden terminar la lista. A Nabokov le gustaba que su Lolita dijera malas palabras y a George Webber que Bo Derek corriera por la playa en “10, la mujer perfecta”.

Pregunta: ¿pero hay algo totalmente fundamental para ser sexy? Sí, la HIGIENE. Ya lo sabemos, pero no está de más recordarlo. Incluso ampliaría un poco más el término – que a veces se limita al “lavarse cada mañana” – y añadiría cuidarse la piel, los dientes, las uñas y utilizar lociones con olores agradables. No lo digo yo, está probado que el tacto y el olor son de los sentidos más potentes durante el proceso de excitación.

SI NO TE ATRAE EL OLOR DE UNA PERSONA… MAL VAMOS 

La verdad es que me cargan mucho esos mensajes de “para ser sexy sólo tienes que creer en ti misma”, aunque le veo la utilidad por supuesto. En mi caso, lo que me ayudó a sentirme cómoda en esa nueva modalidad de “femme fatale” es dejar de intentar ser atractiva para los demás. Vestirme como me gusta, y arreglarme cuando me apetece. Hay que preguntarse: ¿qué es lo que más te gusta de ti? Y sacarle partido. Puede que no sea lo mismo que le gusta a todo el mundo, pero tanto mejor, doble ración.

Sólo cuando hayas hecho este ejercicio y sepas qué te gusta a TI de ti mismo puedes seguir los consejos del primer párrafo y googlear cómo destacarlo, un montón de revistas femeninas están dispuestas a ayudar y todos los consejos son bastante buenos (este artículo, por ejemplo, me gustó) También puedes ignorar completamente todos los trucos de belleza.

Y ¿por qué digo que no puede ser al revés? Porque la mayoría de estos consejos están enfocados a ser atractivos a los demás. Cuando, ¡uno nunca sabe lo que puede resultar atractivo! Por ejemplo, una de las grandes trabas a ser sexy parece ser el peso, lo cual es mentira, conozco muchas mujeres con más peso del aceptado que son mucho más sensuales que las flacas. Lo mismo ocurre con la edad, la estatura, el color, la personalidad… La sensualidad y la sexualidad son cualidades mucho más complejas que el 90-60-90, rubita de metro 80.

La sensualidad es menos un “me acostaría contigo” y más un “me acostaría conmigo”, es más intrínseca que externa. No desaparece cuando sales despeinada ni al quitarte el maquillaje. Es seguridad y ése odioso “creer en ti misma”. Es entonces cuando te conviertes en ese ser sexual que camina por la vida creando confusiones y teniendo orgasmos.