Investigadores de la Universidad de Florida (UF) se han convertido en los primeros científicos en descifrar la secuencia genética de frágiles organismos marinos en un barco y en tiempo real, informó hoy esta institución académica.
Hasta ahora, había resultado imposible descifrar la secuencia genética de miles de especies marinas, debido a que “la fragilidad del material genético hacía imposible su almacenamiento o fiable su entrega”, destacó la UF en un comunicado.
Pero, gracias al uso de un laboratorio completamente equipado para investigación genética y el empleo de una poderosa computadora (HiPerGator) de la UF se han abierto las puertas a este descubrimiento y sus posibilidades.
Este logro supone un importante avance científico, teniendo en cuenta que “cerca del 50 % de los fármacos actuales proceden de productos naturales. El océano cubre un 70 % del globo y los científicos estiman que entre 14 y 20 millones de compuestos permanecen desconocidos”, destacó la UF en un comunicado.
“Ahora es posible obtener el modelo genómico de todos los animales marinos. Y esto no es ciencia-ficción”, señaló Leonid Moroz, profesor de Genética, Química y Neurociencia de la UF.
Moroz explicó que el éxito de este proyecto radica en que “ahora sabemos que podemos lograr un alto rendimiento de secuencia en cualquier lugar de la tierra”, al tiempo que alabó la “sinergia” lograda entre las instituciones públicas y privadas para desarrollar este proyecto.
Pero el científico alertó sobre el hecho de que, “cada seis horas, desaparece una especie del planeta”.
“Necesitamos desplegar una flota de secuenciación”, ya que existen “soluciones potenciales únicas en la naturaleza para la medicina, pero están desapareciendo”, advirtió.
El primer paso en el proceso de “secuenciación” del genoma marino comienza con la captura de los organismos y la extracción de muestra genética en el laboratorio abordo de un barco.
A continuación, los datos recabados de la secuencia genética son transferidos vía satélite a la supercomputadora HiPerGator, que analiza la masiva base de datos del genoma usando el “conducto” diseñado por el profesor Moroz. El último paso consiste en el envío de los resultados de la computadora en tiempo real al laboratorio del barco.
Moroz se especializa en el estudio de los frágiles organismos pelágicos marinos, como ctenóforos, similares a las medusas, por su capacidad para regenerarse: sus heridas cicatrizan en dos o tres horas y pueden regenerar su cerebro elemental en tres o cinco días.
Otra criatura marina, el gastrópodo “sea slug”, “puede ser la base para la memoria y la evolución neuronal”, apostilló.
Así como el hombre ha aprendido lentamente a reducir el avance de algunas enfermedades, Morz estima que muchas criaturas marinas “han descubierto ya cómo revertir la enfermedad y las heridas”. EFE