Para bajar de peso necesitas de un conjunto de acciones y cambios en tu rutina. Claro que comer balanceado y hacer ejercicio son las partes más importantes de tu cambio de vida, pero no darte cuenta de lo que comes de más puede estar saboteando tus esfuerzos.
Para ayudarte a que esto no te pase te vamos a dar 5 tips para volver tu refrigerador lo más sano posible. Estos son especiales para las mujeres que trabajan o viven solas (vas a necesitar muchos contenedores).
1. Saca todo de las bolsas
Esto aplica para refrigeradores y alacenas. Cuando tenemos hambre o ganas de un snack normalmente vamos a la cocina y agarramos lo más sencillo de llevar a la televisión. Probablemente, sobre todo si no vives sola, en tu casa tienes antojos como chocolates o galletas. Compra estos snacks en las versiones más pequeñas posible (por ejemplo, una bolsa de Kisses en lugar de una barra de chocolate) y sácalos de su empaque. Coloca los kisses de forma individual dentro del refrigerador para que lo más que te puedas llevar a la tele sea un puñado, no toda la bolsa.
Te será más fácil dejar de comer si te tienes que volver a parar a la cocina que si tienes toda la bolsa frente a ti. Lo mismo aplica para las galletas (colócalas en un contenedor de vidrio o algo grande y pesado).
2. Si no lo puedes vaciar
Otro de los grandes pecados de la dieta, como siempre les mencionamos, es comer mucho de lo sano. No pasa nada si te comes una galleta integral, pero si te comes un paquete entero puedes ingerir muchísimas calorías. Cuando de nueces, cacahuates o galletas integrales se trata lo mejor que puedes hacer es comprar bolsitas de plástico para sándwich y dividir los alimentos en grupos de 100 calorías. Por ejemplo, una bolsa de 100 gramos de almendras tiene 600 calorías. Divídela en 6 bolsitas separadas para que sepas exactamente cuánto te estás comiendo y no te pases sin darte cuenta. Cuando te las termines, no tires las bolsas. ¡Las puedes volver a usar!
3. Tan accesible como la chatarra
Además de consumirla por deliciosa, comemos chatarra porque es muy fácil de obtener. Cuando llegas cansada a casa muchas veces lo que quieres es comer algo ya, y es más fácil comer papas que pelar la piña. Por eso, cuando regreses del súper pela, pica y desinfecta todas las frutas y guárdalas en contenedores individuales.
Colócalas al frente de tu refri, siempre a la mano, para que sea lo primero que veas.
4. El verde es vida
No es que no nos gusten las ensaladas, es que desinfectar lechuga toma tiempo y el hambre ahorca. Por eso, al igual que con las frutas, prepara una mega ensalada en cuanto regresas del súper y guárdala en el refrigerador para servirte a lo largo de la semana. ¡Sólo te faltará agregar aderezo!
5. Triplica la receta
Este tip es especialmente práctico para las chicas que viven solas, con roomies o son recién casadas. Cuando no estás acostumbrada a cocinar, salir a cenar o pedir comida termina siendo la solución para tus problemas de hambre en muchas ocasiones durante la semana. La simple idea de tener que lavar ollas y sartenes cuando lo único que quieres es ponerte a estudiar, dormir o ver un poco de televisión es suficiente como para hacerte sacar el folder de los menús a domicilio.
Cuando te de por cocinar, triplica tu receta. Si un día decides hervir una pechuga de pollo para desmenuzar, ¡pon tres! Cena una y guarda las otras dos para sazonar de forma diferente cualquier otro día de la semana. Puedes hacer lo mismo con las sopas y carnes. También considera hacer doble porción de arroz o pasta. Ten un rollo de cinta adhesiva (no transparente) y un marcador a la mano para que le pongas a los contenedores las fechas en las que cocinaste lo que tienen adentro, así sabrás cuánto tiempo llevan en el refri y si es urgente que te los comas antes de que se echen a perder.