Venezuela ocupó la primera posición en el “índice de miseria” elaborado por la Universidad Johns Hopkins de EE.UU -un concepto diferente al de pobreza.
El “índice de miseria” fue creado en EE.UU por el economista Arthur Okun -asesor del presidente Lyndon B. Johnson (1963-69)- y luego ampliado por el profesor de Harvard Robert Barro (1999). En ambos casos, lo utilizaban para analizar las condiciones sociales en Estados Unidos. Fue desarrollado -para las Administraciones americanas- a partir de la situación de inflación, desempleo, nivel de crédito y PBI per cápita. Según Barro, “la miseria aumenta si la tasa de inflación crece, si la tasa de desempleo sube, si la tasa de interés a largo plazo aumenta, y si la tasa de crecimiento del PIB real está por debajo de la esperada”.
El profesor Steve Hanke, de la cátedra de Economía Aplicada en la Universidad Johns Hopkins, calcula el índice de miseria desde hace más de 10 años para evaluar el desempeño de la políticas económicas en los Estados Unidos y por primera vez lo realiza para 90 países en el mundo con datos de la Unidad de Inteligencia de la revista el Economist.
El índice está compuesto por la suma de los valores anuales de la tasa de inflación, la tasa de interés y el índice de desempleo menos la tasa de crecimiento del PIB per cápita interanual. Es un índice que se utiliza para dimensionar el significado político de la condición económica del país, así como la confianza del consumidor. Adicionalmente, permite a los Bancos Centrales determinar instrumentos para la política macroeconómica.
Hanke ha evaluado los Gobiernos desde Kennedy hasta Obama. El resultado muestra que los mejores índices son obtenidos por las Administraciones de Reagan (políticas de libre mercado, Reaganomics) y Clinton II (disciplina fiscal, estabilidad monetaria y libre comercio -la Nueva Economía).
Por lo que el índice de miseria pone en duda la crítica acérrima actual a las políticas de libre mercado y austeridad fiscal.
Hanke para determinar el impacto del índice lo correlacionó con el nivel de aprobación de la gestión presidencial, obteniendo un resultado de -0,54%. Es decir, si la economía va mal durante el mandato presidencial, la probabilidad de que el presidente tenga un nivel de aprobación de su gestión bajo es alto, y viceversa.
En cuanto a los resultados del índice de miseria a nivel de los 90 países, el Gobierno de Maduro ocupa el primer lugar con 79,4%, y en las Américas es seguido por el Gobierno de Cristina Kirchner de Argentina con 43,1%. El principal factor para ambos casos es la tasa del índice de precios al consumidor. En este mismo grupo, los países con el índice de miseria menor son Estados Unidos, Canadá y Panamá.
Hanke, al examinar los datos de Venezuela, plantea una discusión de cómo medir la verdadera tasa de inflación en una economía con controles de cambio y precios -en Venezuela desde el 2003. Ya que los precios de los artículos que integran el índice de precios son establecidos por el gobierno, no el mercado. Una política que induce a la escasez, para lo cual recuerda a Milton Friedman: “Los economistas no sabemos mucho, pero sí sabemos cómo crear una escasez. Si quieres crear una escasez de tomates, por ejemplo, aprueba una ley para que los comerciantes no puedan vender los tomates a más de dos centavos de dólar por libra. Al instante tendrás una escasez de tomate”. Es el caso de Venezuela y ahora se acentuaría con la Ley de precios justos (2014).
Hanke propone para estimar la tasa de inflación implícita usar la paridad cambiaria en el mercado paralelo en economías con alta inflación y controles de precios. Porque el precio de la moneda es el más importante en esta economía. Las fluctuaciones en el cambio paralelo son usadas para estimar la tasa de inflación implícita.
El estudio de Hanke considera el cambio oficial 6,3 Bsf. por dólar y el del mercado paralelo 52 Bsf., -casi 10 veces la tasa oficial-. Con estos números le da una tasa de inflación implícita para diciembre 2013 de 320%.
Con esta tasa de inflación implícita recalculó el índice de miseria ubicándose en 301. En el Sicad 2 el dólar se cotiza a 49,98 Bsf., mientras que en el Sicad 1 en 11 Bsf., casi cinco veces más. Usando la cotización del dólar Sicad 2 se obtiene que la tasa de inflación oficial de marzo anual de 59,24% se ubique en 169% (tasa de inflación Hanke).
Maduro al mantener la política económica de controles -Listado de Precios Justos- continuará fabricando miseria, con lo que asegurará de nuevo en el 2014 el primer lugar en el índice a nivel mundial.
Antonio De La Cruz, Director ejecutivo de Inter American Trends