El aumento de 30 por ciento de salario mínimo que rige a partir de hoy no solo se queda muy por debajo de la inflación anualizada y las devaluaciones que ha sufrido la moneda en los últimos 12 meses, sino que tan solo representa una cuarta parte del costo de la canasta básica familiar, es decir, que para adquirirla se requieren cuatro salarios mínimos. laverdad.com / José Gregorio Martínez / Verónica Albarrán
León Arismendi, abogado laboral y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), advierte que el Gobierno está incumpliendo con el mandato del artículo 91 de la Constitución, que reza que “(…) el Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica”.
Vale recordar que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ubicó al cierre de febrero la canasta alimentaria en tres mil 730 bolívares, pero la Constitución habla de la canasta básica, y el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) es el organismo que realiza mensualmente esta medición, indicando al cierre de marzo que la canasta básica familiar se ubica en 17 mil 572 bolívares.
“La Constitución dice bien claro que se tomará como referencia para el aumento del salario mínimo el costo de la canasta básica. Si el criterio que está tomando en cuenta el Gobierno es el de la canasta alimentaria que ofrece el INE se están rigiendo por la Ley del Trabajo que fue derogada, que sí hablaba de canasta alimentaria, pero por encima de las leyes está la Constitución, y el constituyente parece que quiso ampliar el marco de referencia”.
Sal y agua
Desde todos los escenarios el aumento de 30 por ciento se queda corto. La inflación anualizada al mes de marzo se ubica en 59,4 por ciento, el aumento de la canasta básica que mide el Cendas ha sido de 77,8 por ciento en un año, y hasta la canasta alimentaria que presenta el INE ha sufrido un incremento de 71,5 por ciento.
El abogado laboral considera que el Gobierno debe sincerar las estadísticas oficiales, precisar cuántos trabajadores devengan salario mínimo, cuáles son los factores que toma en cuenta para decretar el aumento y a qué tasa de cambio se debe calcular el ingreso mínimo de los venezolanos para poder compararlo con el resto de los países de Latinoamérica, pues le parece risible seguir hablando de que Venezuela tiene el mejor salario mínimo de la región bajo el criterio de que los salarios se calculan a la tasa de 6,30 bolívares por dólar.
“Si el Gobierno no puede hacer un incremento mayor, debe ser sincero y explicar por qué no puede, en vez de hablar de que la inflación en el país es inducida por la guerra económica de la oligarquía. Eso es irresponsable. Me pregunto yo si en el resto de los países de América Latina no hay oligarquías entonces. Hay que estar claros que los precios a los que el venezolano paga los productos los fija el mercado negro, no es Sicad I ni Sicad II, ni mucho menos la tasa de 6,30, pero en todo caso, si se tomara como base la tasa de Sicad II, que es un cambio oficial, estaríamos hablando de uno de los salarios mínimos más bajos”.
Salario de “ficción”
Héctor Lucena, investigador laboral y profesor de la Universidad de Carabobo, recuerda que el país tiene ahora tres tasas de cambio oficiales y una no oficial, y el Gobierno utiliza la más baja para presentar cifras en materia de reivindicaciones laborales ante organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), creando una situación de “ficción”.
Sostiene que la economía venezolana no funciona a 6,30 bolívares por dólar; además, Venezuela es un país altamente inflacionario, por lo que no basta con una revisión anual del salario mínimo, cuando países con estabilidad de precios como Uruguay y Colombia, igualmente revisan los salarios todos los años.
Otro factor que considera importante tomar en cuenta es la escasez, que según el índice que mide el Banco Central de Venezuela (BCV) al mes de marzo se ubicaba en 29,4 por ciento. Entonces, lamenta que organismos oficiales como el INE, que mide el costo de la canasta alimentaria, estén basándose en los precios regulados de productos que no se consiguen.
“El nivel de la calidad de vida debe ser abordado de manera integral, no es solo los ingresos en bolívares sino el acceso a los productos y la energía que se debe emplear para conseguirlos”.
Aunque aclara que la tripartita (acuerdo de salarios entre Gobierno, empleadores y empleados) no era la panacea, constituía un mecanismo más plural para la fijación del salario mínimo y consideraba oportuno emplear un mecanismo de esta naturaleza que represente una mayor amplitud que un aumento que se fija únicamente por decreto del Ejecutivo. Recuerda que esta fue una de las recomendaciones que hizo al Gobierno venezolano la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su más reciente informe.
En cifras
77,8 % ha aumentado la canasta básica que mide el Cendas en un año
71,5 % ha aumentado en los últimos 12 meses la canasta alimentaria que mide el INE
59,4 % es la inflación anualizada hasta el mes de marzo, según el BCV
29,4 % es el índice de escasez que mide el BCV al mes de marzo.
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