Hace algunos años, mientras buscaba gabarras de perforación costa afuera con dueños complacientes, Rafaél Ramírez, el presidente de PDVSA, ministro de Energía, Zar de las finanzas y uno de los cuatro destructores de la nación venezolana en lo que va de siglo, vió que la empresa petrolera de Malasia tenía un contrato con la empresa de autos Mercedes en la formula 1, para patrocinar corredores con el logo de la empresa. “Si ellos lo hacen, por qué no nosotros”?, se preguntó Ramírez. “eso nos daría cachet”!
Lo que a Ramírez no le importaba es que la fórmula 1 fuese un deporte elitesco, “anti-revolucionario”, que pocos conocen en Venezuela. Tampoco sabía que Petronas no hacía esto por tener “cachet”. Esa empresa ha estado involucrada con la fórmula 1 desde 1988. Malasia cuenta, desde hace años, con un circuito muy prestigioso donde se corre el Gran Premio de Malasia. Para ellos no es un asunto de imágen sino, como ellos mismos lo dicen, “una plataforma para desarrollar sus tecnologías y recursos humanos en el campo de la ingéniería automovilística”. Los beneficios para Petronas de esta asociación tienen que ver con la investigación sobre lubricantes y combustibles de alto rendimiento. Han incluído un programa tecnológico con la firma SAUBER para entrenar a sus ingenieros en esta tipo de máquinas automovilísticas. Pero Ramírez solo vió el aspecto de relumbrón, ya que PDVSA no tiene programas tecnológicos similares ni espera tenerlos. El contrato firmado por Ramírez con Williams por unos $200 millones fue una inmoralidad, sin transparencia alguna, diseñado para que un amigote como Pastor Maldonado recibiese un carro…. de dinero para correr con una banderita de Venezuela colocada en el rabo. Eso le ha costado a la Nación $200 millones más un bono de unos $25 millones adicionales que PDVSA le pagó a Williams para que dejaran ir a Maldonado a la empresa LOTUS. En esta nueva empresa Maldonado ha seguido fracasando, mientras sus reemplazos en Williams están haciendo un buen papel con los mismos autos que él no supo conducir. Mientras el logo de Petronas puede verse frecuentemente cruzando la meta en ganancia, el logo de PDVSA choca, llega último y se identifica con el niño malo de la fórmula 1.
Lo de Ramírez y Maldonado ha sido fracaso tras fracaso, pero Maldonado, el desvergonzado, sigue inventando excusas sobre sus fracasos. Sobre el desastre de ayer en España dijo : “Éramos bastante competitivos en términos de ritmo y seguiremos mejorando. Con los neumáticos disponibles para la carrera, podemos trabajar la estrategia y recuperar puestos”.
El sábado, durante las prácticas, Maldonado perdió el control de auto y rompió la suspension. Pero, que dijo? : “Tenía una gran oportunidad de hacerlo bien en la sesión, pero por desgracia he perdido el control del coche en la salida de la tercera curva. Tenemos que ver qué ha ocurrido y trabajar para estar listos… Hemos tenido problemas con la presión de los neumáticos, sobre todo en la parte trasera y, se ha ido el coche de una manera bastante extraña. Los ingenieros están estudiando qué es lo que ha pasado”. No hay necesidad de estudiar lo que pasó, chico. Chocaste!
Los neumáticos, la dirección, el control, nada le funciona a Maldonado. No será que Maldonado es un vividor y se encontró con Ramírez, quien tiene delirios de grandeza y no da cuenta a los venezolanos del dinero que maneja?
Ramírez y Maldonado le deben a la Nación más de $225 millones. Junto con la gabarra Aban Pearl, los bolichicos, las empresas fantasmas de perforación, el desastre del gas natural, el colapso de la Faja del Orinoco, la explosion en Amuay, los derrames en los ríos del Oriente del país, el contrato con el fallecido Jack Kemp, los guisos en Citgo, los fondos de pensiones perdidos, las contrataciones chimbas de Ruperti, la siembra de yuca, la adoctrinación ideológica de los empleados y otros abusos y pérdidas de patrimonio, esta asociación funesta entre Maldonado y Ramírez en la formula 1 se suma al largo expediente del régimen.
Donde y cuando se llevará cabo el Nuremberg criollo?