El presidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, dijo en su tercer día de agenda en Estados Unidos que Latinoamérica debe seguir persiguiendo la integración pero “no para joder a otros”, sino para fortalecer las relaciones sociales y políticas.
El presidente uruguayo reconoció que los organismos multilaterales del subcontinente como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) tienen sus “limitaciones”, pero son un experimento necesario y “la antesala de una conquista mayor”.
Uruguay “estará donde haya que juntarse”, porque “el mundo debe luchar por integrarse”.
“La idea es conseguir un sistema de relaciones políticas y sociales fuertes entre nosotros, para poder ser algo (como región)”, explicó en un encuentro con la comunidad uruguaya en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington.
Con la franqueza que le caracteriza dijo que en el mundo “no existen blancos o negros, es un mundo de grises” y es necesario construir alianzas con el objetivo primordial de crear empleos y acabar “liquidando la pobreza”.
“La naturaleza de Estados Unidos no la vamos a cambiar con gritos histéricos ni lameteando”, explicó, al tiempo que recordó que Uruguay como el resto de América vive más interconectada y se debe labrar “la interdependencia para no depender de nadie”.
“Cuando yo vengo a la Casa Blanca no dejo nada por el camino ni cuando entro ni cuando salgo”, afirmó Mujica, quien habló el lunes con el presidente estadounidense, Barack Obama, sobre la apertura del mercado de productos agrarios y otros asuntos como el cierre de la prisión de Guantánamo.
“Si Uruguay se ha ofrecido a recibir presos de Guantánamo es por una cuestión de principios. No tiene nombre la barbaridad que han hecho”, afirmó Mujica en relación al ofrecimiento de facilitar la salida de presos y cerrar el limbo legal que generó de la lucha de Estados Unidos contra el terrorismo islamista.
La mayoría de los 154 internos de la prisión han recibido el visto bueno para ser liberados.
En su opinión muchos líderes se mueven “por los titulares de prensa, pero a los pueblos no hay que adularlos, hay que enseñarles a pensar”.
Mujica aseguró que más peligrosos que los posibles presos que acoja Uruguay, “son los que no sabemos que se meten (en Uruguay), como los narcotraficantes”, cuyo único valor es “plata o plomo”.
El presidente de 78 años dijo que la legalización de la marihuana en el país tuvo como intención “dejar al narcotráfico sin negocio” y luchar contra la extensión de la droga y de los problemas sociales y de delincuencia que genera.
Cuando “el presidente más pobre del mundo” se retire de la política lo primero que hará será visitar “con tiempo” el pueblo vizcaíno de Muxika, de donde es originaria la familia de su padre, y que solo ha podido ver una vez de manera fugaz.
Lo siguiente: “levantar una escuela de oficio agrario” cerca de su “chacra” (granja) para enseñar el trabajo del campo a los más necesitados.
Lo último: “participar en un entierro; el mío”. EFE