El anuncio se hizo con bombos y platillos. Sin embargo, se podría estar ante el fraude más escandaloso de los últimos años. El presunto descubrimiento de la Santa María, una de las tres carabelas con que Cristóbal Colón llegó a América, podría ser cualquier cosa menos esa embarcación, reseña Infobae.
Al menos ésa es la firme duda que varios arqueólogos y especialistas elevaron a debate en las últimas horas. Sin ir más lejos, hasta el propio científico contratado por Barry Clifford duda del presunto hallazgo en las profundidades del mar de Haití, aunque continúa bajo su patrocinio.
“Soy un profesional que trabaja para la Universidad de Indiana y he dirigido numerosos proyectos como consecuencia de los cuales se han puesto en marcha parques permanentes alrededor de naufragios en Florida, California y ahora en República Dominicana. Los llamo museos vivientes bajo el agua porque reconocen la importancia biológica y cultural de los sitios y que aportan grandes beneficios a los lugares donde se sitúan”, señala Charles Beeker, arqueólogo del equipo de Clifford.
Este científico, que quiere mantener a salvo su reputación, añade y pone un manto de dudas sobre el “descubrimiento”: “Aunque yo no trabajo para Barry, él me pidió como experto que visitase el yacimiento que fue anunciado como el de la Santa María. Puedo decir profesionalmente hablando que es un lugar atractivo en relación con los yacimientos del poblado taíno de Bas Saline y la zona de arrecifes. Hay muchos arqueólogos debatiendo las fuentes primarias, y yo mismo he tenido acceso a los mismos documentos originales. Por eso, no estoy afirmando que sea la Santa María, pero me pregunto cómo otros pueden decir que no lo es sin haber visto el sitio”.
El español Miguel San Claudio, también arqueólogo, se burla de Clifford: “Un colega norteamericano dice que si fuera cierto el hallazgo de la Santa María, sería la primera vez que Clifford estuviera en los cierto de algo. No es la primera vez que anuncia supuestos hallazgos de este tipo”, dijo en delcaraciones tomadas por el diario ABC, de España y agregó: “Ese señor no es arqueólogo y conviene dejarlo en claro”.
Sin embargo, no es el único punto oscuro del hallazgo hecho por Clifford. Uno de los más importantes y calificados arqueólogos de la actualidad, también duda sobre la veracidad de lo anunciado. Se trata de Filipe Castro, de la Texas A&M University. “Hay gente que anuncia este hallazgo (y el de la Flor de la Mar, de Albuquerque) cada dos años más o menos. Creo que merece la misma atención que las noticias de paletos abducidos en zonas rurales de los EEUU o los avistamientos del Yeti”, sentenció.
Carlos León, que trabaja como arqueólogo en República Dominicana, considera que el objetivo de Clifford era lograr popularidad y, gracias a ello, dinero: “El anuncio de Barry Clifford del hallazgo de los restos de la Santa María parece más bien el afán por conseguir popularidad y lograr socios financieros que el resultado de un estudio”.
Por último, Kiko Bañuelos también hace énfasis en su calidad de “cazatesoro” y busca fortunas y definió a Clifford como “el penúltimo de una generación que lleva trabajando muchos años, destrozando multitud de yacimientos arqueológicos submarinos”. Y culminó: “Estos cazatesoros buscan resquicios administrativos por los que colarse para recuperar y vender el cargamento de esos barcos, sin fin mayor que el comercial”,