A la escasez de alimentos en el país se le suma el desabastecimiento de medicamentos, en especial los complementos vitamínicos para embarazadas y los productos de cuidado e higiene para bebes. Para Sonaly Atencio, miembro del equipo regional de Voluntad Popular, el problema de desabastecimiento en el país es causado por el control cambiario, la regulación de precios en el sector farmacéutico y la negligencia gubernamental para atacar el contrabando fronterizo. Prensa Voluntad Popular
“Desde el año 2003 el Gobierno nacional reguló aproximadamente mil 400 productos farmacéuticos, lo que ha causado la escasez de estos medicamentos. En este momento es difícil encontrar calcio, ácido fólico u otros complementos vitamínicos indicados para el desarrollo saludable de un embarazo. Según la Federación Farmacéutica Venezolana la escasez de medicinas supera el 50 por ciento, debido a que faltan 96 principios activos de fármacos”, expresó.
Atencio criticó el franco deterioro del sistema público de salud y aseguró que la crisis hospitalaria en el país se ha agudizado en los últimos meses por la ineficiente y pésima gestión administrativa así como por la falta de insumos en los centros hospitalarios. Lamentó la muerte de los tres neonatos en el Hospital Chiquinquirá de Maracaibo, ocurrida el pasado fin de semana.
“La muerte de estos tres niños deja en evidencia el deterioro de la salud pública en los hospitales del estado Zulia y del país. A diario los ciudadanos padecen por no contar con una asistencia médica adecuada, insumos para ser atendidos en las emergencias o equipos y reactivos necesarios para realizar estudios clínicos especializados, y lo peor y más grave es que, por no reconocer su fracaso, las autoridades se niegan a aceptar la crisis y aseguran que todo está bien. Si sumamos la escasez de medicinas y de alimentos nos damos cuenta que en Venezuela se está frustrando el desarrollo pleno de nuestros niños”, afirmó.
La integrante del equipo regional del partido progresista señaló que las grandes colas en los supermercados y cadenas de farmacias muestran el calvario al que se someten a diario las madres venezolanas, quienes no consiguen pañales, compotas, pañales y fórmulas lácteas para alimentar a sus hijos.
“En el mercado no hay variedad de fórmulas lácteas que se adapten a los planes alimenticios de los niños, se ha convertido en motivo de golpes y empujones adquirir leche completa en polvo o pasteurizada. Los pañales desechables también escasean de los anaqueles, así como las toallitas húmedas para la higiene del niño que dejaron de ser una necesidad para convertirse en un lujo. No hay compotas, jabón hipo alergénico, champú, entre otros productos”, destacó.