Se demostró igualmente lo justo de participar en esos procesos, el no abandonar nunca la posibilidad de conquistar espacios y usar cualquier resquicio para ampliar la influencia de las fuerzas democráticas, derrotando la política abstencionista , que afortunadamente sólo unos cuantos, pretendieron adelantar. Igualmente se evidenció ,una vez más, lo imprescindible de la Unidad para avanzar y obtener triunfos.
En la denominada “renovación de los Poderes Públicos” la elección del nuevo CNE de acuerdos a las normas Constitucionales, debe constituir un objetivo fundamental que se diferencie nítidamente del actual, que desempeñe el papel de árbitro y no esté al servicio incondicional del Gobierno, sin escatimar ningún esfuerzo en tal sentido. Y asumir sin complejo esa bandera en los distintos escenarios. De eso no debiera existir la menor duda.
Las elecciones del domingo también demostraron que con triunfos contundentes no hay abusos ni ventajismo que valga ,cuando se manifiesta una amplísima voluntad a favor de las fuerzas democráticas. Allí una enseñanza y un propósito en el cual bastante hemos insistido desde esta columna, se trata de construir una nueva y sólida mayoría que aún con todas las maniobras gubernamentales, no pueda ser desconocida por su contundencia. Hay quienes nos responden afirmando que en democracia basta con ser simple mayoría, cierto, pero no olvidemos las características cada vez más autoritarias del régimen, quienes polemizan con nosotros lo califican de dictatorial, contradiciendo así, su propia argumentación
La construcción de esa nueva y sólida mayoría es un proceso en el cual se ha venido avanzando y hay que continuar en esa dirección , pero pasa por reconocer una realidad,que no deseamos, pero que es la realidad, aún no somos la mayoría requerida, tenemos inmensas posibilidades de alcanzarla, si actuamos acorde con la grave crisis que vive el país y nos sintonizamos con los sentimientos y aspiraciones más amplias de los venezolanos.
Luis Manuel Esculpi