El régimen de Nicolás Maduro presentó el miércoles lo que catalogó como un nuevo complot de magnicidio contra el líder de la revolución bolivariana, en el que estarían implicados la dirigente opositora María Corina Machado, el ex embajador de Venezuela ante la ONU, Diego Arria, y el embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker, así lo publicó El Nuevo Herald.
ANTONIO MARIA DELGADO
ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
Las acusaciones confirman versiones obtenidas previamente por el Nuevo Herald advirtiendo que la cúpula del chavismo —bajo recomendación de La Habana— elaboraba planes para encarcelar a Machado y Arria debido a que ambos han jugado un importante papel en denunciar ante la comunidad internacional las violaciones de los derechos humanos en Venezuela.
La denuncia, formulada en rueda de prensa por el alcalde del municipio Libertador Jorge Rodríguez junto con varios de los principales dirigentes del chavismo, está basada en correos electrónicos presuntamente enviados por Machado en los que plantea estrategias para derrocar a Maduro.
Machado, no obstante, dijo que los correos son falsos, y que fueron redactados por el propio régimen para abrir un proceso judicial en su contra.
“Este gobierno es pura mentira y nadie les cree […] Estas supuestas pruebas en mi contra, forjadas por ellos, en el fondo los incriminan y acusan a quienes han hablado hoy”, declaró Machado, al acusar a agentes del régimen de haber cometidos los delitos de simulación de hechos punibles, usurpación de identidad y de incitación al odio.
“Lo que pasa es que esta gente se siente intocable. Ellos creen que pueden hacer cualquier cosa, perseguir a la gente, amenazar, acusar y que nada les va a pasar”, declaró la diputada.
Arria, por su parte, también rechazó que sea el autor de comentarios incriminatorios que fueron expuestos por Rodríguez en su acusación.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, Arria explicó que le robaron su teléfono celular y a través de él, agentes del gobierno accedieron a sus cuentas de correo electrónico y de redes sociales y fabricaron mensajes que no habían sido escritos por él.
Según Rodríguez, el plan contemplaba el derrocamiento de Maduro y su eventual asesinato, en lo que vendría siendo el último de una larga cadena de complots anunciados por el régimen en los últimos meses.
La acusación de magnicidio, que según Rodríguez forma parte de una investigación criminal, está sustentada en el contenido de un vídeo que muestra una “sesión de entrenamiento para asesinar” a Maduro.