Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reconocieron el secuestro por unas horas de una niña de 10 años ocurrido el pasado 29 de mayo en el suroeste del país, pero alegaron que se trató de un error.
En una comunicación interna firmada por el Bloque Occidental de las FARC, fechada el 3 de junio en las “Montañas del Occidente” y dirigida al Secretariado, máximo órgano guerrillero, la unidad responsable del secuestro da explicaciones a los mandos por el suceso.
Según los guerrilleros, el objetivo de la operación era el comandante de la Policía de Padilla, en el departamento del Cauca, subintendente Víctor Cantoñí, padre de la niña secuestrada.
“El policía, sin duda un hombre valiente, resultó además dueño de una gran agilidad”, dicen los guerrilleros, que explican como Cantoñí saltó del vehículo en el que circulaba cuando se topó con el retén de las FARC en el vecino municipio de Guachené y abrió fuego contra los rebeldes.
Fue entonces cuando los guerrilleros, “en su afán por salir del lugar cuanto antes”, se dieron a la fuga con el vehículo abandonado por el policía y “en ese momento se dieron cuenta” de que una niña viajaba en el asiento de atrás pero que, aseguran, “sin siquiera saber que se trataba de la hija del subintendente”
“No había tiempo que perder, así que decidieron salir de la población a toda velocidad, y más adelante, cuando se sintieron seguros, detuvieron el vehículo frente a una vivienda rural y le entregaron la niña al civil que la habitaba”, justifican los mandos de la unidad responsable de la acción.
En la comunicación, las FARC agregan que cuando se enteraron del secuestro de una niña en la región, dispusieron sus unidades para liberarla y capturar a los captores ya que “en toda la región existe una alerta general por una banda de ladrones de niños, que según se dice, extrae de sus cuerpos sus órganos para la venta”.
“Esa era la situación cuando fuimos enterados que se trataba de los muchachos que habían ido a darle el golpe de mano al comandante del puesto de la Policía. Les había ido muy mal, no sólo porque casi los matan, sino porque sin quererlo se habían echado encima el escándalo por la niña”, afirman las FARC.
El Bloque Occidental de las FARC se reafirma en la misiva con la prohibición del secuestro con fines financieros que ordenó el Secretariado en 2012: “Aquí rechazaríamos, condenaríamos y sancionaríamos ejemplarmente la ejecución de una retención”.
Esta versión es diferente a la conocida hasta el momento, de autoridades de Guacahené, que aseguraba que guerrilleros habían secuestrado a la niña en la puerta de su colegio y habían sido forzados a liberarla por la presión de la comunidad y la guardia indígena. EFE