Comienzan a realizar test clínicos con proteínas para regenerar la médula

Comienzan a realizar test clínicos con proteínas para regenerar la médula

Investigadores japoneses van a comenzar a realizar una serie de test clínicos para intentar, mediante la administración de una proteína específica, regenerar la médula espinal de personas que hayan sufrido lesiones y hayan perdido movilidad.

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El equipo de investigadores liderado por el profesor de la Universidad tokiota de Keio, Masaya Nakamura, buscará en estas pruebas reparar lesiones en la médula espinal concretamente a la altura del cuello, informó hoy la cadena pública NHK.

A los pacientes se les administrará 5 veces factor de crecimiento de hepatocitos (HGF) en las 78 horas siguientes a haber sufrido la lesión.





HGF es un tipo de proteína que ayuda a la regeneración del tejido nervioso.

El equipo realizó pruebas con monos que recibieron idéntico tratamiento y explicó que éstos recuperaron la capacidad de asir objetos ochos semanas después de que se les inyectara la proteína.

Los investigadores revisarán a los pacientes 6 meses después de la administración del HGF para certificar si existe una mejora en el movimiento de sus extremidades.

Se espera que las pruebas se puedan realizar a 48 pacientes en los dos próximos años.

El profesor Nakamura indicó que si los ensayos tienen éxito, personas destinadas a quedar postradas en cama de por vida podrían volver a caminar por sí mismas.

Solo en Japón unas 5.000 personas sufren lesiones en la médula espinal cada año, la mayoría por accidentes de tráfico.

Sin embargo, aún no se ha logrado obtener un remedio para reparar estas lesiones, por lo que, de ser exitosas, estas pruebas clínicas podrían suponer un hito en la medicina regenerativa.

El pasado enero, la Universidad Médica de Sapporo, en el norte de Japón, comenzó una serie de pruebas clínicas para reparar también el tejido medular mediante las cuales tratará a unos 30 pacientes hasta 2016.

Este tratamiento emplea un tipo de células madre extraídas del líquido cefalorraquídeo obtenido de los propios pacientes tras sufrir el accidente.

Tras un proceso de cultivo específico, estas células son inyectadas después a los pacientes con la esperanza de que contribuyan a regenerar el tejido medular dañado. EFE