La carta de esta semana nos ha dejado a todos atónitos. Un hombre que lleva 16 años siendo el cerebro de esta torta intergaláctica, por decirlo de la manera más elegante posible, nos anuncia ahora que el país vive una debacle política y económica y que el responsable de ello no es la cacareada “guerra económica”, sino alguien con nombre y apellido que, en términos frutales, es el opuesto a verde. Como dirían los españoles: “¡manda huevos!”, que también escasean.
Vamos por parte, Mr. Dany, aquí nadie está pisoteando ningún ideal, aquí no hay equivocación de rumbo, ni traición de liderazgo. Lo que Venezuela está viviendo en este tiempo es la consecuencia de la política destructora que usted y su equipo han venido implementando durante los últimos 16 años; y me disculpa, “pero me veo obligado por razones de conciencia” a hacer pública esta opinión. Lo que vivimos no es otra cosa que la continuidad de lo que teníamos, las disparatadas consecuencias de tener a Curly, Larry y Moe en la conducción del rumbo económico del país. No venga usted ahora a lavarse las manos como Poncio Pilatos lavó las de él, comentándonos en su misiva que esta tragedia en la que se ha convertido nuestra patria tiene un año de antigüedad. No, no, no: esto es lo que ustedes construyeron. Este desastre, si algo tiene, es coherencia; o como diría el inolvidable Kiko Mendive: “esto es una desorganización muy bien organizada”.
Nos dice usted que esta pesadilla que padecemos estuvo movida por “el sueño de un mundo mejor”. ¿Una inflación que se acerca a tres dígitos es un mundo mejor? ¿La destrucción del aparato productivo nacional para pasar a depender de las importaciones es un mundo mejor? ¿25.000 muertes el año pasado es un mundo mejor? ¿Más de 3000 detenidos y más de 40 muertos y un sinfín de torturados es un mundo mejor? Descubre usted, casi con asombro, que se robaron los fondos del Estado en el momento en que más dinero le ha entrado a Venezuela en toda su historia y que el dinero se está usando con fines políticos. Descubre usted que hay un “vacío de poder” y una incapacidad estructural para la conducción de los destinos del país. Caramba, ¡y lo viene a descubrir precisamente el día en que lo botan! Cuentan que cuando Nikita Jrushchov, en el XX Congreso del Partido Comunista Soviético, denunció las atrocidades de Stalin en su famoso “discurso secreto”, uno de los presentes, desde el anonimato de la sala, gritó: “¿y por qué no hablaste antes?” y Jrushchov respondió inquiriendo: “¿Quién dijo eso?… Que se ponga de pie el que dijo eso…”. Nadie se levantó, nadie asumió la responsabilidad. Entonces el nuevo líder ruso agregó: “como eres tú ahora, así era yo”. Todos somos cómplices de las atrocidades si no las denunciamos a tiempo o, dicho en criollo: tarde piaste, pajarito.
Nada, darle las gracias por todo. Los venezolanos no tenemos (ni tendremos en mucho tiempo) cómo pagarle.
P.S: Se me olvidaba: bienvenido al club de los fascistas y traidores a la patria. En su caso, de todas las patrias.