El hombre realmente salió de las cavernas cuando logró imponer la ley y la justicia por encima del dictamen del más fuerte. Lamentablemente, el madurismo ha llevado a la sociedad venezolana a un estado de impunidad e injusticia que nos coloca en términos civilizatorios antes de la aparición del estado moderno. Si Thomas Hobbes analizara la situación venezolana, seguramente concluiría que nos encontramos en pleno Estado Naturaleza, en una situación social de anomia, violencia, desinstitucionalización y muerte. El modelo que impulsa el PSUV, por acción u omisión, ha colocado al país al borde de una guerra civil entre venezolanos envenenados por el odio de clases y pendejos atrapados en la línea de fuego.
Cuando la justicia deja de ser eficiente para dirimir las diferencias sociales, el resultado es impunidad y muerte. La historia de la humanidad ha sido una constante búsqueda por limitar las reacciones instintivas y primitivas del ser humano. Occidente encontró en el derecho y la creación de instituciones una vía para ello. Hoy, con profundo pesar vemos como el gobierno, para mantenerse en el poder ha corrompido y politizado al extremo la justicia creando un Leviatan que tarde o temprano terminará devorando a sus creadores.
Como una paradoja de la vida que reafirma el nefasto legado de la impunidad, en el Universitario de Caracas, según denunció @chuotorrealba, la seguridad interna del hospital impide a los médicos y trabajadores protestar por el deterioro y las carencias de la institución. Todo el drama del centro de salud resulta una bofetada a los venezolanos y al personal que trabaja en el mismo.
El terror que se vivió en el universitario forma parte de la cotidianidad de los venezolanos. El gobierno perdió el control del país. El ministro Rodríguez Torres pasa demasiado tiempo fabricando ollas y persiguiendo opositores como para ocuparse de proteger la seguridad, las propiedades y la vida de los venezolanos.
El tema de la seguridad personal debería sacarse de la polarización y ser asumido como una política de Estado para combatirla. Ello pasa por apartar a Iris Varela del tema penitenciario y a Rodríguez Torres del manejo operativo. Ojalá Maduro tenga el valor para despartidizar el tema. Nadie en su sano juicio puede estar contento de la sangría y dolor que cae día a día sobre los habitantes de nuestra querida y atribulada patria.
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Carlos Valero