La explosiva carta que hizo pública quien fuera el Ministro más longevo, poderoso y sibilino de Hugo Chávez, Jorge Giordani, comienza en sus cuatro primeras líneas con el siguiente señalamiento: “Me veo obligado por razones de conciencia a hacer público éste documento… Habiendo sido Ministro por tanto tiempo es mi deber rendir cuentas al país”. Con semejante introducción lo menos que esperábamos era un verdadero y exhaustivo examen de consciencia. Una reflexión que pudiera traer a la memoria y con diligencia su activa participación en materias de interés público, de modo pues, que debidamente informados, pudieran ser los venezolanos los llamados a administrar el sacramento de la penitencia.
No hay nada de eso en la misiva. Giordani, a quien el Presidente Maduro recibió con cargos de Ministro de Planificación, Ministro de Finanzas, Director Externo del Banco Central de Venezuela y Director de PDVSA, sencillamente hace público su desacuerdo con lo que llama “dispersión de mando”, y le reclama abiertamente a Maduro el no haberlo nombrado oportunamente autoridad única en la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) y el haberlo abochornado por tener que compartir el poder omnímodo que disfrutó por más de una década, con unos “asesores franceses”.
La rendición de cuentas es el acto administrativo mediante el cual los responsables de la gestión pública informan, justifican y se responsabilizan de sus actuaciones y decisiones. Como nada de esto encontramos en lo que Giordani ha dado a conocer, vale bien traer a colación algunos asuntillos pertinentes para que el juicio de la historia no se escinda en perspectivas mal construidas. Dejemos claro, entonces, cual es el alcance de las responsabilidades del Ministro saliente en la conducción de los asuntos económicos del país.
Planificación del Desarrollo
La mayor responsabilidad que recae en un Ministro de Planificación en una economía en vías de desarrollo corresponde a la Planificación del Desarrollo. El ejercicio comienza con la identificación de aquellas necesidades más apremiantes que encara la sociedad en lo que concierne a la provisión de bienes y servicios públicos y prosigue con el establecimiento de objetivos concretos, con el desarrollo de estrategias acordes, y con un claro bosquejo de cuáles son los acuerdos sociales mínimos y la asignación de recursos requerida. En los últimos 15 años los planes de desarrollo que hemos visto en Venezuela no son más que un desiderátum, una ristra de slogans sin pizca alguna de contenido técnico. La consecuencia de éste enorme vacío técnico e intelectual, es el extravío en la gestión pública y el descalabro en la prestación de servicios públicos básicos
¿Por qué no hay servicio eléctrico en muchos hogares venezolanos? ¿Por qué no hay alumbrado en muchos pueblos y ciudades? BBVA Bancomer pronostica aumento de hasta 6 % en las remesas a México en 2014 ¿Por qué no hay buenos servicios de recolección de desechos sólidos? ¿Por qué estamos destruyendo nuestros bosques, las zonas protectoras y nuestros parques nacionales? En gran medida amigos, porque a nivel de las instituciones del Estado, y en particular, en el Ministerio de Planificación, no se hizo planificación del desarrollo.
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