La burocracia chavista siempre busca a quien recostar las culpas y lejos de rectificar, insisten en el camino equivocado. Insultan la inteligencia del venezolano con promesas eternas que ni siquiera piensan cumplir, la mentira es su herramienta política predilecta. En una carta dirigida en 1962 al diplomático soviético, su amigo Anastás Mikoyan, el Che compartía su preocupación: “nuestro gobierno ya le hizo al pueblo muchas promesas diferentes, las cuales lamentablemente no puede cumplir… deberíamos de tener más cuidado en las promesas que hacemos y hablarle al pueblo sólo de lo que podemos cumplir. Pero si las promesas ya están dadas, hay que cumplirlas”. Que diferencias con Nicolás Maduro y demás burócratas, su retórica es un monumento a la demagogia, una burla al pueblo venezolano.
Y si hablamos de honestidad, nadie supo de ambiciones materiales o actos de corrupción. Al contrario, siendo un héroe de la revolución y alto funcionario del gobierno, vivía en la casa Nº 772, calle 47 entre Conill y Tulipan, Nuevo Vedado. Una anécdota es elocuente de lo que queremos expresar: una vez su esposa Aleida, sometida a las colas y al racionamiento de alimentos, utilizó el carro oficial y quizás la influencia del poder para resolver sus penurias. Al saberlo el Che, le recriminó el uso de privilegios y le exigió dar ejemplo revolucionario, “no Aleida, el auto es del gobierno, no mío. No puedes aprovecharte de él, tú viajas en bus como todo el mundo”. ¿Quién puede imaginar a Cilia Flores en el Metro, comprando en Mercal o haciendo cola para comprar harina? Lo que si podemos imaginar es lo que diría el Che Guevara ante la obscena corrupción del régimen y el nivel de vida de los jerarcas del PSUV.
Twitter: @richcasanova
Dirigente progresista / Vicepresidente de la ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.