Lapatilla
“¡Socorro! ¡Socorro! ¡Ahí viene el lobo! Se va a comer todas mis ovejas”, es una frase del cuento infantil “El pastorcito mentiroso” que se convierte en un Déjà vu, cada vez que escuchamos el fulano magnicidio. Y es que en los últimos 15 años hemos visto más de 64 denuncias del supuesto plan, que pareciera salir a relucir cada vez que el oxigeno se ve escaso para el gobierno.
La realidad es que en Venezuela si hay un plan de magnicidio, pero no es precisamente como lo quiere pintar el “cogollito”, el plan de magnicidio se vive en las calles, y es que tan solo en los primeros 15 días del mes de julio, se han registrado más de 145 muertes violentas en Caracas, sin olvidar que en los últimos 15 años llevamos casi 200.000, el equivalente a 2,7 veces la asistencia de espectadores a la final del mundial.
Un Magnicidio, es que un país donde la bandera de lucha del gobierno sea la de igualdad social, un paciente llegue a un hospital y no pueda ser atendido, porque no hay insumos, que no pueda recibir un tratamiento, porque una maquina está dañada y el repuesto no lo hay en el país, que se le indique un tratamiento, y no se puede realizar, porque al llegar a la farmacia se consigue un cartel que dice: “Tal medicamento, NO HAY”.
El gobierno se llena la boca diciendo que para el 2019 van a erradicar la pobreza del país, “Si Luis, yo te aviso chirulí”, que alguien me explique cómo es ese cuento, porque en 2008 con un billete de 100bs se compraba más o menos 5 cartones de huevo, y 6 años después con el mismo billete, no alcanza ni para uno, la inflación de nuestro país supera en 658% la de América Latina, es decir que somos 6 veces más pobres, ¿será que el plan de magnicidio es acabar con todos los venezolanos, y así erradicar la pobreza?
Es evidente que el fulano plan de magnicidio, es otro cuento mas, aquí el verdadero plan que hay, es el que ejecuta el gobierno, empobreciéndonos cada día más, haciendo que cada día las colas sean más largas y que cada vez haya menos, pero ante esto nuestro rol como venezolanos es seguir en pie de lucha contra las adversidades para salir adelante.
La transición es necesaria para el país, y es que el ambiente de cambios se siente, en las universidades se pronuncian discursos, la gente se reúne para debatir ideas de cómo ayudar al país a salir adelante, la preocupación de los jóvenes es el futuro, los artistas protestan a través de sus obra, y me recuerda que Joseph Fouché, describía un ambiente similar cuando la revolución francesa se acercaba a consumar la victoria.
Aarón Andrés Rodríguez Moro – @RodriguezAaron