Lapatilla
Tiene 58 años y un día decidió hacerse tatuajes en todo el cuerpo, pero por motivos laborales se los había quitado con dolorosos procedimientos.
Hablamos de Keith Gordon, quien ha manifestado en distintas oportunidades que es adicto al dolor, y por ello se obsesionó con los tatuajes.
Gordon, se había hecho borrar los dibujos y pagó miles de dólares por ello, con el fin de alcanzar un puesto administrativo.
Pero esta decisión no duró mucho, porque su pasión por el arte y el dolor, lo llevó a volverse a tatuar.
Más información en NTN24