Este selfie de una madre y su hijo de 15 años fue tomado a bordo del avión de Malaysia Airlines derribado el pasado jueves 17. Gary Slok y su madre, Petra Langeveld perdieron la vida mientras viajaban desde Ámsterdan hacia Kuala Lumpur. Se dirigían a un encuentro festivo diseñado para las familias monoparentales y sus hijos. Pero tan solo tres horas después de tomar la foto, fueron asesinados junto a otros 296 pasajeros y miembros de la tripulación, publica abc.es.
Gary, que juega de portero en el equipo local de fútbol, el Maassluis (en Holanda occidental), fue uno de los 80 menores de edad que perdieron la vida tras el accidente. Sus compañeros lo describen como «maravilloso», según recoge el rotativo británico «Daily Mail».
Una madre australiana, Rin Norris, perdió en el siniestro a su padre Nick y a sus tres hijos: Mo, de 12 años, Evi, de diez y Otis, de ocho. Los niños volvían a casa con su abuelo después de pasar unas vacaciones en familia en Europa, mientras que su madre y su socio Anthony Maslin, quedaron en Ámsterdam durante unos días más.
Además, tres bebés se encuentran en la lista de muertos, incluyendo a Kaela Goes, de 21 meses de edad, asesinada junto a sus padres tras visitar a unos familiares en Holanda.