Mauricio Moros: El Pollogate

Mauricio Moros: El Pollogate

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Que nuestros militares son corruptos amargamente no es nada nuevo, es una realidad que precede a este gobierno (con honrosas excepciones, que las hay). Desde nuestra fundación como República a relucido la matraca, el soborno y el ventajismo, somos proclives a saltar trámites y tomar atajos aunque eso cueste “algo pal’ café”. Es una mala herencia de la Madre Patria, ya en la época colonial existían este tipo de denuncias, de allí que no es sorprendente que Venezuela, luego de haber sido entregada libre y democráticamente a una cúpula militar golpista -como sigue costando nuestra inmadurez política- tenga hoy los índices de corrupción históricos que impresionan a propios y extraños.

Sin embargo, ya no es la “mordida”, el “sobreprecio” o las dádivas lo que caracteriza a la corrupción venezolana. La ambición y la acumulación de poder han creado un monstruo de sed insaciable que ha llevado a sus actores a los terrenos más oscuros posibles, incluso representando una amenaza para la comunidad internacional. Cada vez es más visible que Venezuela es gobernada por una mafia, no sólo desde el punto de vista de la concentración del poder, sino desde la perspectiva del crimen organizado. El alto gobierno, infiltrado hasta el tuétano por una cúpula militar corrompida, es asociado con delitos como terrorismo y narcotráfico, efectuados bajo el amparo de la inmunidad del Estado y sus viciadas instituciones.





El último y reciente caso es el del Mayor General Hugo Carvajal, detenido en Aruba el pasado 23 de julio y liberado apenas tres días después bajo razones bastante sospechosas. Tal detención por parte de las autoridades isleñas fue a petición de la DEA, por la presunta relación del susodicho personaje con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y sus actividades en el negocio del tráfico de drogas (ya Carvajal formaba parte desde el año 2008 de la lista de militares venezolanos acusado por el Departamento del Tesoro de USA por estar vinculados al narcotráfico y la guerrilla).

Igualmente, el tristemente celebre Makled, narco capturado en Colombia en 2010 y extraditado a Venezuela en 2011, durante su estancia en cárceles colombianas concedió entrevistas en donde hizo del conocimiento público la complicidad del alto gobierno con sus operaciones ilícitas. Llegó a declarar que “Si yo soy narcotraficante, entonces todo el gobierno de Chávez es narcotraficante”, y sobre Hugo “el Pollo” Carvajal afirmó que este formaba parte de su nómina, de allí que no es la primera vez que se asocia este nombre con denuncias de narcotráfico.

Las razones para su liberación (un reconocimiento Consular repentino e inesperado) dan lugar para toda clase de especulaciones, el gobierno en esto de intimidar y presionar alevosamente para lograr sus fines desde el poder que le ofrece ser el músculo petrofinanciero del Caribe se le da muy bien, lo vimos en la OEA con la compra de votos para torpedear la declaración de María Corina Machado. Son mafiosos sin escrúpulos con la chequera inagotable de PDVSA en un país sin contraloría, en especial, si se trata de quitar de las manos de la justicia americana a uno de los pesos pesados de esta pandilla, no por él, como buenos mafiosos no les importaría sacrificarlo si eso les beneficia, sino por el riesgo de tener bajo confinamiento al pollito cargado de información para hundir a los demás. Ya conoceremos cuanto cuesta este rescate diplomático a la maltrecha economía venezolana.

Esa es la nueva Patria, donde no merecen reconocimiento por sus logros personajes ilustres o ex presidentes como Jacinto Convit, Simón Díaz, Jaime Lusinchi o Ramón J. Velásquez (entre otros), pero se hace capilla ardiente para Otaiza, Lina Ron, Tascón y demás próceres (sin mencionar el paro nacional por la muerte de Hugo, el galáctico), y donde se recibe a Carvajal como un héroe. Falta poco para que decreten un día de jubilo, son expertos en hacer odas al fracaso, lo que en otro país sería motivo de vergüenza, de profunda reflexión e investigación para esclarecer verdades, en nuestra Venezuela es motivo de celebración.

Sin embargo, creo que el impacto interno y externo del Pollogate aún está por verse, es un tema demasiado groso como para pasar por debajo de la mesa. Por lo pronto, deja varias curiosidades para nuestra colección de historias asombrosas.

La primera de ellas, la declaración de Carvajal al regresar a suelo patrio, donde acusó al magistrado y al procurador que llevaron su caso en Aruba de ser “corruptos”. Decir que el juez que te liberó es corrupto es cuando menos extraño. Es como si Maduro luego de ser proclamado hubiese dicho que Tibisay es una vendida…mmm mal ejemplo, mejor cerrar el punto con una máxima jurídica: a confesión de parte relevo de prueba.

El segundo lugar lo ocupa Maduro, quien hizo caer por inocentes a más de uno de sus fieles seguidores al afirmar que “estaba dispuesto a todo por regresar el Pollo a Venezuela”. Al parecer aumentaron súbitamente las colas de Mercal en espera de la ansiada promesa del Presidente. Luego, ya en su faceta novelística precisó que “Tenían listo un plan que escalaría la tensión en América Latina; estábamos dispuestos a todo en acciones contra Estados Unidos, pero son planes que como jefe de Estado no voy a revelar”. Uff, otra vez se salvan los Marines de nuestra furia.

No podía faltar una nueva obra de arte de la Sala Constitucional del TSJ, instancia que en un desconocimiento bárbaro del derecho internacional impropio de un Tribunal Constitucional (de esto sólo el nombre) se declaró competente para conocer de la detención de Carvajal en suelo extranjero. Más allá de la evidente falta de jurisdicción para tan descabellado fallo, el cual por el apuro de quedar bien con el régimen hasta errores en la identificación del presunto agraviado tiene, viola la propia doctrina -errada e inconstitucional- de esa Sala quien ha autorizado -sin competencia para ello- al Ejecutivo nacional para no acatar decisiones de la CIDH contra nuestro Estado por ser, según su particular visión, inejecutables.

Es decir, con fundamentos nacionalistas de soberanía y respeto a la integridad de los pueblos la Sala Constitucional ha permitido el desacato de decisiones emanadas de tribunales internacionales cuyo cumplimiento es mandatorio en virtud de los Tratados Internacionales suscritos por la República y por mandato constitucional, pero sin tener competencia internacional ellos sí pasan a conocer de un caso en jurisdicción extranjera. Bravo, ovación de pie, cada día se superan más. Al menos sirven de mal ejemplo para ilustrar a los jóvenes estudiantes de derecho lo que es una errónea y politizada aplicación del derecho.

Finalmente la MUD, no por acción sino, una vez más, por omisión. Como si esto no fuese relevante ellos siguen esperando una Epifanía que les indique el camino. Parece que aún siguen discutiendo si la jugada de Rafa Márquez a Robben fue o no pena máxima, supongo que estará en la lista de asuntos pendientes el caso Carvajal.

Por lo pronto el Pollo regresa al corral. El gallinero celebra pero no se ven cómodos con el lobo rondando cada vez más cerca. Cacarearon a los cuatro vientos que debía respetarse la inmunidad de Carvajal (que la obtuvo después de su aprehensión, negociación aparte) cuando ellos la han pisoteado a diputados y alcaldes libre y popularmente electos; hablan de que USA quiere atacar a Venezuela por medio de su justicia, dándole un uso político, esto dicho irónicamente el mismo día que se ordenó requisar, golpear y aislar a los presos políticos de Ramo Verde. Uso y abuso del poder mezclado con niveles de desfachatez inimaginables. Pero todo se agota. La justicia puede tardar pero llega. Dicen que el que pía de último pía mejor. Ya veremos.

Abogado venezolano con experiencia en derecho electoral y administrativo. Twitter: @mmoros