Dimitry Belov: ¡Ojo de Garza! Que gallina no ve de noche

Dimitry Belov: ¡Ojo de Garza! Que gallina no ve de noche

Belov

Tratar de hacer un análisis de la situación actual del país da grima. Pensar en el aumento de la gasolina, y sus efectos en la vida diaria de la gente, se siente igual al momento previo en el que se empieza a descender en una montaña rusa. Del único pollo que seguimos hablando es del que no se consigue en el mercado, porque al Carvajal ya lo olvidamos. El monstruo del mal vivir no sale de ninguna conversación de quienes tienen en sus hombros algún hogar venezolano. Si no es la luz es el agua, sino es el agua es la escasez, sino es la escasez es el hampa, sino es el hampa es la salud… Mire por donde mire, esto está muy feo para cualquier foto.

Si algo ha demostrado la legión de los pichones supremos y galácticos, es que pueden olerse, al igual que su progenitor, cuando están en peligro con tiempo de anticipación. Sólo planifican y ejecutan eficazmente cuando es su pellejo lo que está en la apuesta. Por eso, y ante el aumento de la gasolina que ya está en consulta –será con Cilia, porque en mi calle no han preguntado nada- comenzó una repartidera de tanquetas y equipos anti motín desde Piedra del Cocuy hasta cabo San Román. Están cerca de enrolar para darle su combo de rolo, bomba, casco y escudo hasta al que atiende la cantina del Teresa Carreño. La máquina de represión ya está aceitada para amansar al bravo pueblo cuando resurja a las calles a exigir reivindicaciones.





Mientras eso sucede, siguen estudiantes detenidos por causas políticas. Rosa Orozco, junto con otras 41 familias Venezolanas, continúan esperando justicia, por los crueles asesinatos de sus hijos, hijas o familiares durante estos meses de protesta. Iván, Leopoldo, Enzo, Daniel y Salvatore están agotando valioso tiempo de sus vidas en la cárcel, presos de conciencia. La cola en cualquier hospital es más larga que hace 6 meses. Las farmacias y supermercados se encuentran cada vez más vacíos. Ya pasaron de 200.000 los muertos víctimas del imperio –no del imperio norte americano sino el de la violencia como política de Estado-. A las mayorías, se inclinen por quien sea, se les vulneran cada vez más sus derechos básicos, consagrados en cuanta declaración universal existe y en la propia Constitución. La cara de los habitantes del país más feliz del mundo ya no es tan feliz. Cualquier discípulo de Lina Ron te acepta en la calle, y sin pena, que el sistema fracasó. Los más románticos dirán o se excusarán argumentando fallas en su aplicación, pero la verdad es que no ha funcionado ni el de la isla de los criminales Castro ni aquí.

Entre tanto pote de humo, entre tanta oscurana, lo más fácil sería echarse a esperar que el chaparrón pase, sentarse a llorar o apelar a la salida, pero la de Maiquetía. No podemos permitirnos pisar ese peine, ni perder la brújula, no cuando se está más cerca. Vamos con todo y por el todo a un cambio del sistema. Entre tanta falta de luz, nuestra virtud más grande en este momento es la automotivación y la valentía, no es tiempo de cobardes ni de pragmáticos pesimistas. Por eso hoy, está bien vigente aquel dicho llanero que dice: Ojo de garza! Que la gallina no ve de noche…

@dimitrybelov