La decisión de utilizar un medicamento experimental para curar a dos estadounidenses portadores del virus del Ébola, cuando casi 1.000 africanos murieron por la epidemia, desató una fuerte polémica aunque los expertos estadounidenses consideran su uso éticamente justificado.
La Organización mundial para la salud (OMS) anunció el miércoles una reunión extraordinaria la semana próxima para evaluar la posibilidad de utilizar el suero experimental ZMAPP en África occidental.
Este tratamiento fue suministrado a dos estadounidenses que trabajaron para una organización caritativa en Liberia, que junto con Sierra Leona y Guinea afronta una epidemia sin precedentes de ébola.
Pero el tratamiento está en una fase de desarrollo inicial, sólo fue probado hasta ahora en monos y nunca fue producido a gran escala. Por ahora, no existe tratamiento confirmado para tratar personas infectadas.
No obstante, el estado de los dos trabajadores de la salud Kent Brantly y Nancy Writebol mejoró después de haber recibido el suero.
– ¿Por qué no en África?-
Ante esta evidencia, se lanzaron pedidos de que el suero sea administrado también en países africanos asolados por esta epidemia que ya mató a 930 personas.
Nigeria, donde dos decesos fueron confirmados hasta ahora, indicó que estaba negociando con los Centros para el control y la prevención de enfermedades estadounidense (CDC) para obtener el ZMAPP.
Y tres expertos del virus, entre ellos el profesor belga Peter Piot, quien había descubierto el virus en 1976 junto con otros científicos, pidieron que el suero fuera distribuido entre quienes lo necesitaban.
“Es más que probable que si el ébola se expandiera en los países occidentales, las autoridades de salud pública distribuirían a los pacientes vulnerables medicamentos o vacunas aún en estado experimental”, indicaron expertos en un comunicado conjunto.
“Los países africanos donde hace estragos la actual epidemia deberían beneficiarse de la misma oportunidad”, consideraron.
Mapp Pharmaceuticals, empresa estadounidense que desarrolló el suero junto con la canadiense Defyrus, informó que cualquier decisión acerca de su aplicación debería tomarse con equipos médicos, según estipula la reglamentación, y añadió que intentaba aumentar su producción.
– ¿Sin pruebas de laboratorio? –
El presidente estadounidense, Barack Obama, indicó el miércoles que los países afectados tenían que concentrarse en mejorar sus medidas de salud pública, antes que en un medicamento experimental.
Según los expertos, aumentar la difusión del ZMAPP no es una decisión fácil y justificaron su administración, por ahora, a dos estadounidenses.
“Cuando se tienen tasas de mortalidad altas, la presión puede parecer irresistible, pero deben recordar que puede haber efectos secundarios nefastos con medicamentos experimentales”, comentó Kevin Donovan, director del centro de bioética de la universidad de Georgetown.
Consideró no obstante que Kent Brantly y Nancy Writebol eran buenos candidatos para recibir el suero porque su formación en la salud les permitió medir la magnitud del peligro y añadió que lo merecían “porque pusieron sus vidas en peligro”.
Pero entre las personas fallecidas también figuran muchos trabajadores de la salud africanos. El responsable médico de un centro de atención contra el ébola en Sierra Leona, el doctor Umar Kahn, de 43 años, falleció el 29 de julio de esta enfermedad.
La principal diferencia, anotó Arthur Caplan, director del servicio de ética médica de la New York University, es que “la ONG religiosa para la que trabajaban los dos estadounidenses buscó la forma de hallar un tratamiento”.
Y, añadió, aunque el estado de salud de los dos pacientes mejoró, estamos “muy, muy lejos” de poder determinar si el tratamiento es realmente eficaz.
“El programa ético de aquí en adelante es multiplicar los esfuerzos para erradicar la epidemia mediante prevención”, destacó.
Además, enfatizó la profesora Nancy Kass de Johns Hopkins, “por algo los medicamentos son probados antes de ser administrados a los humanos”. AFP