En la segunda jornada de su histórico viaje a Corea del Sur, el papa Francisco se dio hoy el primer baño de masas y adoptó un tono muy social al hacer un llamamiento contra “el materialismo” y los “modelos económicos inhumanos”.
Se trataba de su primer acto multitudinario en Asia, un continente que aún no había visitado, y Francisco aprovechó la misa de la Asunción de la Virgen María en el estadio de Daejeon (centro) para lanzar un mensaje en contra la idolatría de la riqueza y el crecimiento desmedido.
“Deseo que los jóvenes puedan combatir el encanto de un materialismo que ahoga los auténticos valores espirituales y culturales, así como el espíritu de la competencia desenfrenada, que genera egoísmo y lucha”, dijo el papa durante su homilía ante 50.000 personas.
Tras la primera jornada del jueves en Seúl, en la que se limitó a tener encuentros privados o institucionales, el pontífice pudo comprobar hoy de primera mano la pasión que también despierta en Corea del Sur, un país de 50 millones de habitantes que cuenta con alrededor de un 10 por ciento de católicos.
Francisco, que hoy volvió a sorprender a los surcoreanos al optar por el tren bala para viajar por el país en vez de un helicóptero -aunque fue simplemente por cuestiones meteorológicas-, entró al estadio de la Copa del Mundo de 2002 completamente repleto en un “papamóvil” blanco sin mampara y fue recibido con gran entusiasmo al grito de “Viva papa”.
Entre los asistentes se encontraban una treintena de familiares de víctimas del naufragio del ferri Sewol, que el pasado abril causó más de 300 muertos, la mayoría estudiantes de bachillerato.
El papa, que mencionó durante su homilía este suceso que conmocionó de manera especial al país, quiso recibirles antes de la ceremonia durante unos minutos para ofrecerles su pésame y consuelo, un encuentro “muy emotivo” y “reconfortante”, según describieron los familiares.
Durante la reunión, el padre de una de las víctimas pidió al papa que le bautizara y, tras un momento de confusión, Francisco decidió que lo haría de manera privada la mañana del sábado en la sede de la Nunciatura, informó Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, que la calificó como una “situación extraordinaria y maravillosa”.
El contacto con los fieles siguió durante la tarde cuando Francisco se trasladó hasta Dangjin (oeste) para participar en la VI Jornada de la Juventud Asiática, donde 6.000 jóvenes de 23 países le recibieron como a una estrella del rock.
Durante el encuentro con los jóvenes católicos del continente más poblado del mundo, muchas de cuyas naciones crecen a un ritmo frenético, el papa advertió sobre el peligro de las injusticias sociales.
“Nos preocupa la creciente desigualdad en nuestras sociedades entre ricos y pobres. Vemos signos de idolatría de la riqueza, del poder y del placer, obtenidos a un precio altísimo para la vida de los hombres”, aseguró Francisco en inglés.
El papa remarcó que “es como si un desierto espiritual se estuviera propagando por todas partes”, lo que consideró que “afecta también a los jóvenes, robándoles la esperanza y, en tantos casos, incluso la vida misma”.
Durante el contacto con los jóvenes Francisco pareció cansarse de leer el discurso en inglés y empezó a dirigirse de manera improvisada y sin papeles a su entusiasmada audiencia en italiano.
“¿Queréis que siga? ¿No estáis cansados?”, les espetó el carismático papa mientras los jóvenes enloquecían enseñando la frase “love you” (te queremos) en sus “smartphones” y le pedían que siguiera hablando.
En este ambiente, Francisco les solicitó un momento de silencio para rezar por los vecinos de Corea del Norte, “para que Dios os ayude a ser una sola familia de nuevo, sin perdedores o ganadores”.
Tras un día dedicado a comentarios más sociales o meramente religiosos, con ello el pontífice volvió a referirse a las tensiones en la dividida península de Corea después de que ayer, nada más llegar a Seúl, hiciera un llamamiento por la paz y la reconciliación de los coreanos.
Francisco no quiso contestar sin embargo a un joven de Hong Kong que le preguntó en la Jornada de la Juventud sobre la represión de los católicos en China.
La actualidad internacional también se coló en la visita cuando el papa, a través de su cuenta de Twitter, se refirió a la situación de violencia en Irak.
“Se me parte el corazón cuando pienso en los niños de Irak. Que la Virgen María, nuestra Madre, los proteja”, rezaba el tuit del pontífice argentino de 77 años. EFE