Dos ciudadanos del estado de Chicago fueron acusados por la Policía de Bali, Indonesia, del asesinato de Sheila von Weise Mack, de 61 años, quien apareció muerta en una valija manchada de sangre a la salida de un hotel de la región, publica Infobae.
La noticia fue confirmada por el jefe de la Policía local, el coronel Djoko Hari Utomo, quien dio detalles que explican las sospechas sobre la pareja. La joven Heather Mack y su novio, Tommy Schefer, de 18 y 21 años, estaban alojados junto a la víctima en el St. Regis Bali Resort. El martes pasado detuvieron un coche en la parada de taxis y subieron en el baúl la gran maleta de viaje.
“Pagamos la cuenta, buscamos a otro pasajero y venimos”, le dijeron al conductor.
Sin embargo, nunca regresaron. Con el correr de los minutos, el taxista comenzó a sospechar que estaba perdiendo el tiempo y le prestó más atención a la valija que tenía en el maletero. Entonces descubrió que había sangre sobre la superficie y decidió denunciar a la policía el caso.
Así fue que hallaron el cuerpo de la mujer, cubierto de sábanas teñidas con su sangre. La investigación continuó en el jardín del St. Regis, donde hallaron otras dos maletas, más pequeñas, que también contenían sábanas ensangrentadas.
La pareja, entretanto, se había esfumado. Los agentes accedieron poco después a la habitación que ocupaba junto a la víctima. Se encontraron con un panorama “caótico”, con ropas aún diseminadas por el lugar. Pero ni noticias de los sospechosos.
Poco después enviaron una alerta al resto de los hoteles y el miércoles por la mañana los hallaron refugiados en un albergue a 15 kilómetros del lugar del crimen. Fueron inmediatamente arrestados y en sus primeras declaraciones relataron su versión de los hechos.
Según Heather y Tommy, mientras se encontraban veraneando plácidamente en el St. Regis Hotel fueron abordados por una banda armada que los tomó de rehenes. Los gangsters habrían asesinado a la madre/suegra Sheila, pero ellos lograron escapar para refugiarse en el sitio donde fueron capturados.
La policía investigó las grabaciones de las cámaras de seguridad, en las que no aparece banda armada alguna recorriendo los pasillos por los que se accede a la habitación de los presuntos criminales. En cambio, sí había tomas en las que madre e hija parecían mantener una agria discusión.
El jefe Utomo tomó entonces la decisión de declararlos principales sospechosos del brutal crimen. Ahora tienen al menos 20 días de arresto mientras se desarrolla el proceso legal. Los novios, entretanto, claman por conseguir un abogado norteamericano que los representa.