Poca esperanza tienen los habitantes de frontera tanto en Colombia como en Venezuela, de que el cierre de los puentes internacionales acabe con el contrabando, que ha afectado en gran medida a la economía venezolana, pues aseguran que el paso de productos de primera necesidad en gran cantidad, está en manos de altos funcionarios tachirenses.
Mariana Duque/ Diario de Los Andes
En Cúcuta, afirman que aun cuando hay colombianos que aplican la práctica del bachaqueo, es el venezolano en su gran mayoría el que pasa los productos para “poder subsistir” ante lo que –aseguran- son bajos salarios o la falta de empleo.
“Los uniformados”
Andrés Rodríguez, habitante de San Antonio del Táchira, considera que la medida de cierre no funcionará, porque “los grandes contrabandistas son los uniformados”, a su juicio, porque el sueldo no les alcanza, y esta práctica les permitiría adquirir bienes que con un salario mínimo no podrían tener.
“¿Cómo es posible que un sargento de ellos tenga una camioneta 2014- 2015, si no les alcanza el sueldo?, no me da miedo decirlo, porque prefiero morir por Venezuela que morir arrimado. Esta no es la solución, la solución es pequeña y simple, cambiarlos a todos ellos para que no haya corrupción”, dijo.
Precisó que trabaja en Arauca, frontera con Apure, y que cuando se instalan mujeres de las fuerzas castrenses a resguardar el paso, el paso del contrabando se ve frenado porque serían menos corruptibles.
Le hizo un llamado al gobernador del Táchira, José Gregorio Vielma Mora, para que entienda que Venezuela no empieza ni termina en Peracal, sino en la mitad de los puentes internacionales, porque los que habitan más allá de esa alcabala también son venezolanos.
“Cómo es posible que habiendo en Capacho y San Cristóbal policías; en Peracal, Guardia Nacional; más abajito de Peracal, Ejército; hay por lo mínimo cinco o seis controles, pasen productos hacia Colombia, ¿a qué se debe eso?, que ellos mismos son los que se prestan”, expresó.
“Valor de la moneda”
“A mí no me afecta el cierre, estoy de acuerdo que esté cerrado, pero que se cumpla lo que se dice, porque así la cierren no se va a acabar el contrabando. Eso es mentira, eso no se va a acabar nunca”, así lo expresó Elio Enrique Gutiérrez, habitante de San Antonio del Táchira, quien se encontraba a pocos metros del punto de cierre fronterizo.
Considera que la medida que debe tomar el Gobierno venezolano es colocar el bolívar a la par del valor del peso colombiano, por cuanto asegura que de otra manera no se acabará este flagelo.
Destacó que al cruzar hacia Cúcuta, se ven supermercados repletos de comida venezolana, mientras que los habitantes de los municipios del Táchira y del resto del país no consiguen nada y cuando logran encontrar un producto, tienen que hacer largas colas a ver si alcanzan a comprarlo.
“Aquí pasamos las de Caín como se dice. ¿Cómo es posible que aquí un kilo de arroz aquí vaya a costar 50 bolívares, un litro de aceite 40 bolívares?, ¿qué gana uno en Venezuela, un obrero, un trabajador?”, se preguntó.
“Pasan por trochas”
Jorge González, habitante de frontera, considera que no basta con cerrar la frontera para que se acabe el contrabando, porque recordó que existen trochas y que por ellas es mucha la mercancía que pasa hacia el vecino país.
“Está como difícil que el cierre acabe el contrabando, porque hay trochas y por ahí sale la mercancía. No sé qué otra medida puedan tomar para acabar con ese flagelo”, agregó.
“Estamos cansados”
Por su parte, José Ramírez, quien trabaja como mototaxista, aseguró estar cansado de que el Gobierno nacional y regional tome medidas que perjudican principalmente a los habitantes de la zona. “Nosotros hemos visto quiénes pasan el contrabando, porque las gandolas hasta van escoltadas, pero no podemos decir nada. Queremos que se sinceren y hagan las cosas con la verdad”, agregó.