El papa Francisco aseguró hoy que también renunciaría al pontificado si siente que no puede continuar con su misión, durante la rueda de prensa que ofreció a bordo del avión en el que viajaba de regreso del su viaje a Corea del Sur. EFE
“¿Y si yo sintiera que ya no puedo seguir? Haría lo mismo. Rezaré, pero creo que haría lo mismo”, respondió a los periodistas que viajaban con él, según informan los medios de comunicación italianos.
Francisco explicó que aunque “esta idea no guste a muchos teólogos”, para él, la figura del papa emérito “no es una excepción”.
Para el pontífice argentino, “el papa emérito sigue siendo una institución, porque nuestra vida se alarga y a una cierta edad ya no se tiene la capacidad para gobernar bien, porque el cuerpo se cansa”.
El papa respondió así al describir cómo transcurre su convivencia con el papa emérito Benedicto XVI, quien renunció al pontificado al alegar que le “faltaban las fuerzas” el 28 de febrero de 2013.
“Nos vemos. Antes de partir fui a visitarlo. Dos semanas antes, me envió un escrito interesante y me pedía mi opinión. Tenemos una relación normal”, explicó.
Al respecto de su salud y del poco descanso, el papa explicó que pasó sus vacaciones en casa como lo ha hecho siempre.
“Pasé las vacaciones en casa, como hago normalmente (…) Tengo alguna neurosis y hay que curarla bien. La mía es que son un poco apegado a mi hábitat. La última vez que fui de vacaciones, con la comunidad jesuita, fue en 1975”, explicó.
En este periodo de descanso en julio, Francisco relató que se dedicó a dormir más, a leer cosas que le gustan, escuchar música y rezar más.
Sobre las cancelaciones de algunas visitas que había previsto como la de ir al hospital Gemelli de Roma, Francisco explicó que “habían sido días muy llenos” y agregó: “Ahora sé que tengo que ser prudente”.
Al respecto sobre cómo vive su popularidad, Francisco dijo que la siente como “generosidad del pueblo, del verdadero pueblo”.
“Dentro, trato de pensar en mis pecados, en mis errores, para no creérmela, porque yo sé que esto durará como yo, dos o tres años, y luego… ¡A la casa del Padre!”., dijo.
También reconoció que vive esta popularidad “con más naturalidad” ahora, porque antes le “asustaba un poco”.
Al contestar sobre cómo es su vida en el Vaticano, el papa argentino reiteró que le gustaría poder salir más y reconoció que al principio de su pontificado se sintió “un prisionero”.
“Al principio sí, pero después cayeron algunos muros. Por ejemplo, el papa no podía usar el ascensor solo, pero cuando vino alguien a acompañarme, le dije: ¡Tú, vete a tu sitio, que yo bajo solo!’. Y se acabó la historia”, relató el papa.