La Secretaria de Igualdad y Género, y miembro de la Dirección Nacional de Un Nuevo Tiempo, Verónica Brito, rechaza contundentemente el modelo económico que se vive hoy día y la forma en la cual afecta a la juventud venezolana. NP
Brito, acompañada del Secretario Juvenil de Un Nuevo Tiempo, Gustavo Paniz, y otros miembros de la juventud, declara que si bien sabemos que este modelo económico ha despilfarrado unos recursos altísimos que han entrado a través de la renta petrolera y que sobre todo han destruido la capacidad adquisitiva y de ahorro del venezolano en general, esta realidad también afecta a la juventud venezolana.
La Secretaria de Igualdad y Género afirma que la juventud se ve “inmersa en este marco económico siniestro en tanto que hoy en día la dificultad en el acceso al empleo, que ha sido una de nuestras luchas fundamentales desde la juventud, no solo se ve marcada por el tema de que tengamos o no trabajo, que ya de por sí es un reto para los jóvenes, sino que el poder adquisitivo para los que logran acceder a los espacios de trabajo se ve mermado por la altísima inflación, que básicamente se traduce en un alto costo de la vida.”
“Esto evidencia en lo que conocemos día a día los venezolanos, que es el desabastecimiento, las colas, y lo que se ha vuelto una búsqueda implacable para conseguir desde alimentos básicos hasta medicinas para personas que están en tratamiento de cáncer, en tratamiento de VIH; incluso en tratamientos tan simples como la hipertensión o enfermedades cardíacas”, continúa Brito.
La joven miembro de la Dirección Nacional de Un Nuevo Tiempo ejemplifica los factores que llevan al joven venezolano a padecer, igual que cualquiera, los golpes de la economía del país “el precio del pasaje del transporte público, que ronda los ocho bolívares, representa un altísimo costo de nuestros salarios, de nuestros sueldos, de nuestras becas estudiantiles; a ello se aúna que, por ejemplo, si eres un joven recién graduado que está trabajando, y quieres adquirir un vehículo propio, te enfrentas a una serie de frenos y vicisitudes vinculadas a una producción nacional completamente parada, además de encarar la tarea de conseguir el vehículo y, más allá de eso parece que uno tiene que empeñar el alma para poder pagarlo.”
Brito también toca un tema sensible que afecta a la población joven de Venezuela, ya que quienes buscan independizarse de su núcleo familiar deben enfrentarse a una dura realidad. Las viviendas, bien sea casa o apartamento, rondan entre los cinco y diez millones de bolívares, “lo que quiere decir que si usted quiere adquirir un apartamento hoy en día en Caricuao, cuyos precios rondan los 9 millones de bolívares, y con el sueldo que recibe la mayoría de los jóvenes, que es de 4.251 bolívares, entonces tiene que trabajar 176 años seguidos para poder pagar la vivienda propia. Digamos que pueden ser 88 años en el caso de que usted pueda ser candidato para un crédito de algún banco que quiera subsidiarle esta altísima cantidad de dinero para poder tener una vivienda digna.”
También vincula el tema de la inseguridad, estando la mayoría de los crímenes ligados a los jóvenes como protagonistas, ya que tanto perpetradores como víctimas están generalmente entre los 18 y los 25 años; “lo que quiere decir que las personas que básicamente se han criado en este régimen son las principales víctimas y victimarios de las consecuencias de este nefasto desastre económico que estamos viviendo.”
Verónica Brito concluye contundentemente al manifestar que, desde Un Nuevo Tiempo, rechazan de manera contundente el modelo económico fracasado que “nos mete la mano en el bolsillo para seguir manteniendo un aparato burocrático, cuyos niveles de corrupción solo se ven superados por los niveles de ineficacia para garantizar seguridad o calidad de vida a los venezolanos.”