Estados Unidos lanzó a principios de este verano en Siria una operación para liberar a los rehenes estadounidenses en manos del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que no tuvo éxito, informó hoy el Departamento de Defensa.
El anuncio tuvo lugar tras confirmar las autoridades estadounidenses la veracidad de un vídeo en el que ese grupo yihadista muestra la decapitación del periodista James Foley, que mantenía secuestrado desde 2012.
“Se trató de una operación por tierra y aire y estuvo enfocada en una red particular del EI. Desafortunadamente, la misión no tuvo éxito porque los rehenes no estaban en ese lugar -en el que la Inteligencia estadounidense pensaba que se encontraban”, explicó en un comunicado el portavoz del Pentágono, el contralmirante John Kirby.
Horas antes de este anuncio, el presidente estadounidense, Barack Obama, hizo una declaración pública breve y contundente en la que aseguró que Estados Unidos “estará vigilante y no descansará” a la hora de hacer “lo necesario para que se haga justicia” por la muerte de Foley, de 40 años.
“El presidente Obama autorizó la operación cuando se presentó la oportunidad y se consideró que había la información de Inteligencia suficiente”, explicó por su parte la asesora de Seguridad Nacional Lisa Monaco, en un comunicado.
“Dada la necesidad de proteger nuestra capacidad militar, no podemos revelar detalles de esta operación. Pero el presidente no podría estar más orgulloso de las fuerzas estadounidenses que llevaron a cabo esta misión y de los profesionales de Inteligencia y diplomáticos que apoyaron estos esfuerzos”, añadió.
Foley fue secuestrado en noviembre de 2012 cuando se dirigía a la frontera con Turquía, y aunque en un principio se pensó que estaba en manos de milicias progubernamentales, más tarde se supo que estaba retenido por los yihadistas del Estado Islámico en Siria.
En el vídeo publicado este martes por los extremistas, Foley se despide de su familia y acusa al Gobierno de EE.UU. de ser el responsable de su ejecución por la reciente intervención en Irak, donde Washington lleva más de una semana de ataques “selectivos” sobre posiciones del EI en el norte del país.
“Como hemos dicho repetidamente, el Gobierno de Estados Unidos está comprometido con la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos, particularmente de los que están en cautiverio. Pondremos lo mejor de nuestras fuerzas militares para traer a nuestros ciudadanos de vuelta a casa”, señaló el portavoz del Pentágono.
“No toleraremos el secuestro de nuestra gente, y trabajaremos sin descanso para garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos y para hacer justicia con sus captores”, concluyó.
EFE