Son cifras realmente alarmantes, a 5.713 camas asciende el déficit hospitalario en la capital. En Caracas el promedio de camas funcionales en hospitales públicos es menos de la mitad del promedio en América Latina: 14,45 camas disponibles por cada diez mil habitantes en los cinco municipios de la capital 5.312 camas para 3millones 675 mil habitantes), mientras que en la región latinoamericana el promedio es de 30, según datos de la Organización mundial de la Salud. Para alcanzar el promedio se necesitarían 5.713 camas más.
En Caracas tiene lugar además una mala distribución en cuanto a los centros de salud públicos, pues de los 21 hospitales que existen, 18 están situados en el municipio Libertador y tres están en Sucre. Existen tres municipios Baruta, Chacao y El Hatillo, que carecen de este tipo de centros de salud, y esto hace que colapsen los servicios.
En Venezuela hoy hay más de Seis Mil pacientes esperando para ser intervenidos quirúrgicamente, y lo triste y dantesco de esto, es que a medida que pasan los días, sus cuerpos se deterioran al igual que sus ilusiones por vivir.
Recientemente, el Presidente de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales, Cristino García, reiteró la gravedad del desabastecimiento de materiales, insumos y fármacos que vive el sector y advirtió que estamos pasando por una crisis Humanitaria, porque se trata de la vida de seres humanos enfermos.
La deuda con proveedores extranjeros que suministran 90% de materiales, alcanza los 363 millones de dólares y, en el área de fármacos, drogas, materias primas y productos terminados, la deuda asciende a unos 970 millones de dólares, la totalidad sobrepasa los 1.300 millones de dólares. Lo que ha traído como consecuencia inevitable, el “No hay”, hasta que paguen la deuda.
En Venezuela la corrupción se ha tragado cualquier intento por dar atención a los venezolanos. De 6.712 módulos de Barrio Adentro creados a nivel nacional, de los cuales 845 se construyeron en La Gran Caracas, a duras penas hoy, funcionan en todo el país 1.200 módulos, y operan con muchas deficiencias en cuanto al horario de atención y la continuidad en el mismo.
En los hospitales y clínicas venezolanas atienden a los pacientes casi con las manos, pues insumos tan básicos como el suero fisiológico, gazas, guantes y material quirúrgico escasean en medio de un gran desabastecimiento jamás visto.
No obstante, la escasez de medicamentos en estos momentos se calcula en 60% y el resto de los insumos en el sector salud en 98%.
La Maternidad Concepción Palacios, referencia en América Latina, que llegó a atender más de 100 partos diarios hasta hace unos años, ahora sólo recibe 15 y con suerte 20, las salas de emergencia de Neonatales no funcionan y lo más triste, las madres que logran parir allí lo hacen en condiciones muy precarias. Asimismo, el Hospital de Niños, lugar emblema que ha dado cobijo no solo a los pacientes infantes en Caracas sino en todo el país, hoy opera a media máquina y ya va para seis meses que cerraron la sala de Terapia intensiva por un bote de aguas negras.
Aquí las clínicas no corren con mejor suerte, de 7 de los 10 grandes centros de salud de Caracas redujeron sus cirugías electivas por falta de suero y anestesia, y que en algunas áreas utilizan el inventario sólo en “pacientes críticos”.
Es de hacer notar que en 2014 aprobaron para el sector salud 41 millardos de bolívares, eso sin contar los créditos adicionales aprobados por la Asamblea Nacional, pero el 80% del recurso aprobado se va en el pago del talento humano.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 85 que el financiamiento del sistema de salud es obligación del Ejecutivo, el cual garantizará un presupuesto justo que permita cumplir con los objetivos de la política sanitaria, sin embargo especialistas aseguran que el presupuesto aprobado durante 2014 es reconducido y fue disminuido 31%, es decir muy por debajo del gasto de 2013.
En definitiva, enfermarse en Venezuela es un lujo, por lo que tenemos encomendarnos a Dios o a nuestro santo de mayor devoción, para no tener que caer en un hospital, porque estamos condenados a morir de mengua, no por su personal que hace lo imposible por sanar a la gente, sino por un gobierno indiferente que le dio la espalda a la salud y a los más pobres.
Por todas las razones antes expuestas, hoy más que nunca se justifica un cambio en Venezuela, porque siendo el tema más importante como es la salud, lo tratan con desprecio y no hubo un avance, a pesar de haber manejado más de 1 Billón Trescientos Mil Millones de Dólares y de haber manejado la renta petrolera más alta que hayamos tenido, pero la corrupción de este gobierno ha significado un Cáncer que ha hecho metástasis en todos los sectores, especialmente en la salud.
Ismael García
Diputado a la Asamblea Nacional
@ismaelprogreso