Tres avances inéditos en seis días en la negociación que el gobierno colombiano y la guerrilla comunista FARC adelantan hace casi dos años en La Habana, mientras continúa la guerra surgida en 1946.
Por Constanza Vieira
El 16 de este mes se dio en la capital cubana el primer cara a cara con un grupo de víctimas de ambos bandos. Fue la primera vez en el mundo que víctimas se encuentran con representantes de sus victimarios en una mesa donde se negocia poner fin a una guerra civil.
Y el jueves 21 se instaló una comisión académica sobre los orígenes del conflicto y los factores que han impedido que termine.
Ese mismo día ocurrió lo impensable.
Al mando del general Javier Alberto Flórez, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, viajaron a Cuba altos oficiales activos de las fuerzas de tierra, mar y aire y de la policía.
Su misión técnica, de 24 horas,consistió en dialogar con sus archienemigos de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, activas desde 1964)sobre “cómo se hará el cese al fuego bilateral y definitivo y cómo van a desaparecer y dejar las armas”, dijo el presidente Juan Manuel Santos.
Santos calificó de “paso histórico” la participación de oficiales activos en estas discusiones, dentro de una subcomisión que se instaló este viernes 22.
Doce víctimas, de las 60 que viajarán a La Habana en cinco grupos, sostuvieron el día 16 durante casi siete horas una audiencia con los negociadores de las FARC y del gobierno, entre estos dos generales retirados, uno de ellos Jorge Enrique Mora Rangel (Ejército), sospechoso por violación de derechos humanos.
Fueron seis víctimas de crímenes de Estado y de los paramilitares de ultraderecha (parcialmente desmovilizados en el pasado decenio), cuatro víctimas de las FARC y dos víctimas de más de dos o los tres actores armados.
Se trató de “un experimento único que no se ha dado en ninguna otra parte”, según Fabricio Hochschild, representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Colombia.
En foros previos en Colombia, miles de víctimas reiteraron su exigencia capital: el esclarecimiento de la verdad de lo que pasó con sus seres queridos, y en segundo término, mejoras en los mecanismos de reparación, garantías de no repetición y justicia.
Los negociadores asignaron a la ONU, a la estatal Universidad Nacional y a la Conferencia Episcopal la misión de escoger quiénes viajan a La Habana, entre un universo reconocido de 6,7 millones de víctimas, de las cuales 5,7 millones son desplazados forzados, mayoritariamente campesinos.
En este, el último conflicto armado que persiste en el continente americano,los muertos suman más de 420.000 desde 1946, de ellos al menos 220.000 desde 1958, según comisiones de memoria histórica en 1962 y en 2012.
Una Comisión Histórica del Conflicto y las Víctimas (CHCV), pedida por la Mesa de negociación, fue anunciada el jueves 21.
Son seis académicos más un relator, propuestos por cada parte, que suman 14 expertos entre historiadores, sociólogos, antropólogos, economistas y politólogos.
La CHCV abordará ese contexto histórico donde está el origen del conflicto armado, los factores que impiden que termine y los responsables de sus impactos sobre la población.
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