Orlando Viera-Blanco: No son Rolex ¡Son nuestros hijos!

Orlando Viera-Blanco: No son Rolex ¡Son nuestros hijos!

No puede ser el chantaje de la antipolítica, un cepo que me amarre al sofá hasta el 2019, esperando que Capriles-MUD y Nicolás, dialoguen…

Evito generalizar reconociendo la capacidad consciente de cada quien a reflexionar (Freud); a la introversión profunda (Hannah Arendt) o a la causalidad-origen de sentimientos y reacciones sugeridos por la escuela moderna de psicología bostoniana: la consciencia. Al grano: quiero alertar sobre la banalización de la política y el mal uso del verbo fardo, del análisis valija o fardel, que todo lo etiqueta, lo embadurna y lo lanza en un mismo saco, a las fístulas de la extravagancia. Cuidado…

Para Freud la conciencia no es más que la punta del iceberg. Bajo la parte visible del pensamiento, subyace el inconsciente que contiene deseos no revelados, pasiones, secretos culpabilizadores, anhelos innombrables y conflictos entre el deseo y el deber. No solemos ser conscientes de lo cotidiano, pero se dejan entrever en los sueños, los actos fallidos, accidentes aparentes e incluso en los chistes… Freud (1905) escribió: “No hay mortal que pueda guardar un secreto. Si sus labios permanecen en silencio, sus dedos hablan. Exuda traición por los poros”. Y las sociedades, suma de sus individuos, también registran deseos no-revelados, culpabilizadores, frustraciones, anhelos, que se manifiestan en las masas como desbordamientos. La conducta de las masas es la desaparición de lo heterogéneo (de cada ser consciente) para confundirse en lo homogéneo de las multitudes (Le Bon). El concepto de lo imposible desaparece y las masas emergen tan nobles o crueles como bien o mal han sido tratados los seres conscientes… Venezuela ha sido sometida a un sin número de tensiones, asaltos y maltratos, que han socavado nuestras actitudes conscientes. La exclusión sistemática de la clase media, la sociedad civil, la sociedad empresarial, la clase productiva, académica y trabajadora. La exclusión de jóvenes por su rango social, vecindad o casa de estudio. La exclusión ciudadana por causas políticas, de credo o de raza. La exclusión económica por no pertenecer a la “dinámica oficial” de hacer negocios o no concebir el Estado-patria-Cuba-Gobierno. La exclusión asistencial por no pertenecer a un color, a una ideología o por ineficiencia. Toda esta tonalidad de excluyente, sumado a la criminalidad, al deterioro de calidad de vida, infraestructuras y escasez, han minado la capacidad racional de resolver la brecha entre deseo y deber. El rechazo oficial es violencia y la violencia activa lo que James llamó el instinto subconsciente de supervivencia. En ese punto los actos dejan de ser volitivos, normativos u orgánicos, para ser impulsivos, vehementes, impetuosos y apasionados, propio de la resistencia y de un afán conservacional que asegure permanencia y la vida.

La teoría de supervivencia de la Escuela Evolucionista de Boston (inspirada en Darwin), apunta que la adaptación al medio ambiente no solo es un proceso pasivo, defensivo o de mutación sumisa del hombre, sino también un proceso activo, ofensivo y de adecuación del medio al hombre. La respuesta a la sobreadaptación de contornos hostiles, por excluyentes y agresores, pulsan la naturaleza humana -inteligente e instintiva- a contener tal hostilidad actuandoen masas. La conflictividad política, social y económica de Venezuela, dejó de ser un hartazgo político para convertirse en una tupa psicosocial y cultural, minada de profundos sentimientos de quiebre que están pulsando movilizaciones suprapartidos. La respuesta de un colectivo atrapado en el miedo, la escasez, la exclusión y la arbitrariedad, es la reagrupación humana más que ciudadana, por ser lo natural para resolver necesidades vitales de seguridad, salud, miseria, educación, comida, trabajo y justicia.

Sobrevivir no es hacer de “la calle” una entelequia, una ficción (Carlos R. Hernández. El Universal. Soy Rolex.17-08-14). No es un asunto de antipolítica, de “odios fraternos, de vías rápidas; de discursos vacíos de cordura o banalidades”. No. Quien realmente banaliza embriagado de egos (Mires), es aquél que pretende valorar y reducir solo a lo político, la fuerza originaria, humana, social y pura del movimiento estudiantil. Aquél que hace una apología mezquina, e irresponsable de la-salida, tildando a María Corina, Leopoldo y a todo aquél que se haya ido a la calle a luchar con sus hijos por la vida y la libertad, de “guarimberos de elevada casta”. Al decir de la copla, cuando las ganas se juntan a caballo le dan sabana. Y eso ha hecho la gente. Salir “del potrero” saltándose a los políticos-muleros, que no supieron arriar la consciencia…

No puede ser el chantaje de la antipolítica, un cepo que me amarre al sofá hasta el 2019, esperando que Capriles-MUD y Nicolás, concienticen (dialoguen). Ni López ni Machado son unos “bichos cual Hezbolá y Hamás, degolladores de niños inermes que lanzan como escudos humanos para tumbar gobiernos”. No Hernández. Esos muchachos no vienen en cofres Rolex. Son héroes fruto del vientre de madres de la patria, bien conscientes de su lucha. Son tus hijos, mis hijos, son nuestros hijos. Prudencia profesor. Son nuestra consciencia.

vierablanco@gmail.com

@ovierablanco

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