El régimen de Nicolás Maduro podría haber dejado de lado el tan esperado paquete de ajustes económicos, dijeron analistas al advertir que la tardanza en la aplicación de las medidas y los últimos pronunciamientos oficiales muestran un distanciamiento gubernamental del plan que había sido anunciado previamente como el remedio de la crisis, publica El Nuevo Herald.
ANTONIO MARIA DELGADO
ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
Los expertos agregaron que Maduro parece no estar dispuesto a correr el precio político que implicaría un incremento de los precios de la gasolina o de una gran devaluación para unificar el tipo de cambio.
“Aquí ya no parece haber nada. Todo se cayó”, declaró Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends.
“Maduro no parece haber entendido la dimensión del problema. Le llegaron las últimas encuestas y se asustó, y decidió darle de larga al asunto”, agregó De La Cruz desde Washington.
El problema es que la falta de acción ante la actual crisis -marcada por la insuficiencia de la renta petrolera en cubrir simultáneamente los elevados subsidios del gobierno y las necesidades de importaciones del país- garantiza un agravamiento del deterioro económico.
La demora en la aplicación de los ajustes tiene preocupados a los actores económicos del país.
“El gobierno no termina de tomar las decisiones que amerita la gravísima crisis que está profundizándose cada día”, declaró Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, la principal agrupación de empresas venezolanas.
Roig, quién formuló sus comentarios en una rueda de prensa, explicó que el sector privado tiene grandes dificultades en mantener sus operaciones ante una deuda en dólares que el régimen mantiene con el empresariado que supera los $9,000 millones y advirtió que la falta de acción está traduciéndose en una fuerte contracción del Producto Interno Bruto (PIB).
“Creemos que ésta ya es una situación casi irreversible y probablemente lleguemos a culminar el año con cifras cercanas a una caída del PIB de entre el 4 por ciento y el 5 por ciento”, comentó.
El régimen había dado señales de que estaba dispuesto a modificar el régimen cambiario para comenzar a solucionar la crisis, en un intento por disminuir las distorsiones que presenta la sobrevaloración del bolívar y la escasez de dólares para las importaciones.
Los economistas habían interpretado la propuesta, introducida por primera vez por el ministro de Energía, Rafael Ramírez, como una señal de que el gobierno finalmente estaba por eliminar el control cambiario.
Pero las últimas declaraciones de Maduro dejan entrever que eso no está realmente en las cartas.
“La burguesía me dice que libere los dólares, que quieren ellos que le regale los dólares. Hemos creado diversas formas para atender los mercados. Las divisas siempre serán de la República”, expresó el gobernante la semana pasada.
Para el economista Francisco Ibarra, las medidas propuestas por Ramírez, aunque realmente no eran muy osadas, lucían lógicas ante la dimensión de la crisis.
“Pero le parecen haber halado de las orejas, y le dijeron que eso no va”, comentó Ibarra, director de la firma Econométrica.
Agregó que el régimen finalmente podría optar por solo aplicar una devaluación, que tendría que ser substancial, porque “los números indican ya desde hace mucho tiempo que la situación es muy delicada en el ámbito cambiario”.
Pero en este momento no parece haber nada más en las cartas, dijo Ibarra desde Nueva York.
“Maduro salió a decir hace dos días que no va a haber ajuste cambiario, que no iba a haber ajuste de precios”, comentó.
No hacer nada ante la crisis económica condena a millones de venezolanos a pasar más tiempo haciendo cola en los supermercados para ver qué consiguen.
El escenario probablemente incrementará el descontento en torno al chavismo, que ya se encuentra en niveles alarmantes.
Pero si bien Maduro no parece dispuesto inclinarse por los correctivos económicos que se requieren para contener la crisis económica, sí parece decidido a aplicar medidas de represión para aplacar las manifestaciones callejeras de protestas, comentó desde Montreal el analista político Orlando Viera Blanco.
“Para ellos lo importante es el control del estado, la implementación de una sociedad orwelliana”, comentó Viera en referencia a George Orwell, el autor del libro 1984.
“Pero donde está el error de cálculo es que Venezuela no es un país estrictamente sumiso. Es un país concentrado de una manera absolutamente fervorosa en el concepto del reparto de la riqueza”.
Agregó que esas bases populares, al hacerse evidente que el régimen ya no puede cumplir con sus promesas de bienestar, terminarán volteándose contra el chavismo.
“Están subestimando el carácter aspiracional de la población, y el efecto en términos de descontento que podría generar el incumplimiento de ese sentido de oportunidad que ellos mismo han concebido en las bases populares con su régimen de reparto”, advirtió.