El expresidente salvadoreño Francisco Flores, prófugo de la justicia desde hace seis meses, se presentó este viernes sorpresivamente y en forma voluntaria a un tribunal de San Salvador, acusado de apropiarse durante su gobierno de 15 millones de dólares donados por Taiwán.
Vestido de traje y aparentemente tranquilo, Flores, de 54 años, llegó con un abogado al Juzgado Primero de Instrucción al centro judicial de la capital, adonde también acudieron agentes de la policía para hacer efectiva la orden de detención que pesa sobre el exmandatario desde el pasado 6 de mayo.
“A él se le han leído sus derechos, los delitos que se le imputan y por los cuales era requerida su detención. Será el tribunal junto con la Fiscalía los que van a determinar a dónde será enviado el expresidente Flores para que guarde prisión”, dijo a la prensa el jefe de Comunicaciones de los tribunales, Ulises Marinero.
Su aparición en el tribunal, a cargo del juez Levis Orellana, provocó la llegada de una oleada de periodistas locales y de medios internacionales para cubrir la comparecencia ante la justicia.
Flores, quien argumenta ser víctima de persecución política, es acusado por la Fiscalía de peculado, enriquecimiento ilícito y desobediencia a particulares en perjuicio de la administración pública por supuesta apropiación de 15 millones de dólares donados por Taiwán durante su administración.
– Desafío judicial –
El exgobernante fue investigado tanto por el Congreso como por la Fiscalía a raíz de denuncias que hizo en octubre de 2013 el entonces presidente Mauricio Funes (2009-2014), quien reveló informes del Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre giros sospechosos que Taiwán habría hecho a Flores entre 2003 y 2004.
Marinero indicó que el tribunal deberá programar una audiencia en el corto plazo para comenzar a escuchar los alegatos, tanto de la Fiscalía como de la defensa.
Entrevistado por el Canal 21 de la televisión local, Funes señaló que ahora será el juez Orellana “el que tiene en sus manos el destino de Flores” y consideró que el proceso judicial a desarrollarse “hay que verlo con cautela”.
“Hay que esperar a ver si el expresidente Flores en realidad ha tomado la determinación de someterse a la justicia y exigir el debido proceso para defenderse”, señaló Funes.
El exmandatario recordó que cuando hizo la denuncia no lo hizo para acusar de algún delito a Flores, sino para que las autoridades investigaran.
El analista Juan Ramón Medrano indicó que el caso de Flores es “una prueba para el sistema judicial”. “La justicia tiene ahora la tarea de establecer, con responsabilidad, que si hay delito pues que se castigue a los responsables, es toda una prueba ante la presunta corrupción”, subrayó.
– Flores, el escurridizo –
Aunque desde febrero se desconocía su paradero, Flores supo evadir su captura una vez que en mayo se decretó orden de detención en su contra.
“No lo teníamos ubicado en el país, no sabíamos dónde se encontraba hasta este día en que se ha presentado al tribunal”, señaló el subdirector de la Policía Nacional Civil (PNC), comisionado Howard Cotto.
Diversas hipótesis sobre su paradero nunca pudieron ser comprobadas. Se habló de que se encontraba escondido en Panamá protegido por políticos de ese país, pero el gobierno de esa nación lo negó.
En El Salvador, la prensa local indicó que también existía la posibilidad de que estuviera en el país escondido en propiedades de amigos prominentes, pero tampoco la policía tuvo pistas de su paradero hasta que el exmandatario llegó por propio pie al tribunal.
Pese a los delitos que se le imputan, el derechista partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) no ha expulsado de sus filas a Flores, únicamente le suspendió sus derechos como militante.
“Debe afrontar el proceso en su contra, y lo único que esperamos es que se le brinde el debido proceso judicial, que se le respete ese derecho, nadie es culpable hasta que se le demuestre lo contrario”, dijo a la prensa Ernesto Muyshondt, miembro del directorio de ARENA.
AFP