Si de algo sirvió el nuevo “culebrón” montado por Maduro y su flamante equipo de gobierno el pasado Martes fue, por una parte, dejar claro que en Venezuela no habrá ninguna rectificación del errado rumbo escogido por el régimen psuvista y, por la otra, alertar a quienes nos ubicamos en el amplio sector de la oposición sobre la necesidad de que, de una vez por todas, trabajemos en forma muy seria y unitaria en la conformación de una propuesta de rescate del verdadero país que queremos.
El tan anunciado “sacudón” resultó ser solo un “culebrón” que, apoyado en el grupo de militares convertido en la punta de lanza de las decisiones en materia económica, financiera y fiscal del régimen, resuelve mantener un modelo de país improductivo, corrupto y, de acuerdo con investigaciones de la revista británica “The Economist”, con el mayor nivel de inflación en el mundo.
Durante el tiempo que transcurrió la abusiva cadena presidencial donde, como es costumbre en los 15 años del régimen el Presidente no dijo nada nuevo, pudimos conocer gracias a esa especie de red alternativa de comunicación colectiva en la que se ha convertido el Twitter, las diversas y muy coincidentes opiniones de dirigentes políticos, empresariales y público en general sobre el vacío contenido del discurso y el reciclaje de funcionarios, en su gran mayoría incapaces de producir tan siquiera el mínimo “temblorcito” capaz de enrumbar al país por el desviado camino del desarrollo.
Conclusiones: en su desgastado y superficial discurso el Presidente trató de convencernos de que la oposición esperaba el anuncio de un “paquetazo” cuándo fue él mismo quien prometió un “sacudón”; el desastre que vive nuestra industria básica se mantendrá, porque el equipo conductor de PDVSA es el mismo que ha venido dirigiendo los destinos de la corporación mientras Ramírez ocupaba la mayor parte de su tiempo en hacerle “barra” a Maduro en todos sus actos públicos; la radicalización del proceso de conversión hacia el estilo de gobierno cubano contará a partir de ahora con Elia Jaua a la cabeza; las importaciones de alimentos, porque se mantendrá el esquema de no producción de bienes y servicios en el país, estarán ahora a cargo de quienes comparten responsabilidades en la pérdida de toneladas de alimentos en PDVAL y el manejo de los recursos monetarios, por tratarse la nuestra de una economía de guerra, seguirá en manos de los militares afectos al régimen.
Ante el dantesco cuadro que hoy nos plantea el jefe del Estado, nada halagüeño para el país que todos los venezolanos deseamos, podemos arribar a nuestra propia interpretación de los retos que hoy tiene la población, la cual no es otra que hacer realidad el anhelado deseo de la unificación de todas las fuerzas de la sociedad civil y sus representaciones políticas, para rescatar al país del rumbo incierto al que nos conducen nuestros actuales gobernantes y establecernos metas sobre bases ciertas que nos permitan alcanzar la felicidad colectiva hoy negada.
Para ello será necesario ir hacia un verdadero plan de patria, donde comencemos a reunir por sector todos los talentos dispuestos a ofrecer sus ideas y plantear alternativas de solución frente a la crisis y en pro del desarrollo en las distintas áreas del quehacer nacional.
Trabajar por el logro de un consenso en torno a los problemas del país y las formas de superarlos deberá ser nuestra propuesta de un auténtico plan de desarrollo de la nación, para presentar a la población desde este mismo momento y adoptar como bandera de las luchas que debemos librar en un presente, mediano y largo plazos.
Es el momento y es nuestro sincero llamado a todos los partidos, a los trabajadores, estudiantes, amas de casa y pueblo en general, como respuesta inmediata ante ese circo que se nos trata de imponer, cada vez con mayor desparpajo con largas cadenas de radio y televisión que violan nuestros derechos a escoger los programas que nos plazcan y el feliz y próspero país que nos deseamos a comienzos de cada año.
@JJMorenoA