El príncipe Enrique de Inglaterra, nieto de la reina Isabel II, celebra hoy en privado sus 30 años, después de participar en Londres en los juegos “Invictus”, un evento deportivo reservado para excombatientes heridos en conflictos.
“Ha estado muy ocupado estos días en (los juegos) Invictus, así que pasará el día en privado”, dijo hoy escuetamente una portavoz del palacio de Kensington, su residencia oficial.
El hijo menor del príncipe Carlos y Diana de Gales, cuarto en la línea de sucesión al trono británico, fue el encargado de promover este evento en el que participaron excombatientes de varios países.
Durante el fin de semana, Enrique comentó que empezaría a celebrar su cumpleaños en la noche del domingo tomándose una pinta de cerveza con Dave Henson, capitán del equipo británico en esos juegos.
Soltero y sin compromiso, Enrique estuvo anoche en la ceremonia de clausura de “Invictus”, que ha durado cuatro días y que se ha celebrado en el parque olímpico, en el este de la capital británica.
Los juegos, en los que participaron soldados mutilados en guerras, están inspirados en los que se celebran en EEUU desde 2010.
Al cumplir hoy 30 años, el príncipe recibe la herencia de 10 millones de libras (12 millones de euros) que le dejó su madre tras su muerte en París en 1997.
El príncipe -que con apenas once años caminó detrás del ataúd de su madre el día del funeral en Londres, el 6 de septiembre de 1997- es respetado en el Reino Unido por sus trabajos con fines benéficos y por haber estado destinado en Afganistán. EFE