Por cierto, creo que es hora de analizar objetivamente la posición de la abstención en el año 2005. La oposición demostró, con la poca asistencia a las urnas, que tenía poder de convencer a la gran mayoría de la población. La convocatoria fue exitosa. La cuestión fue que nadie diseñó una estrategia para los próximos pasos. Si usted está dispuesto a entregarle, mediante su abstención, la Asamblea Nacional al régimen es porque sabe lo que va a hacer después. Si las estrategias se miden por resultados, tanto como cuando nos abstuvimos o como cuando participamos en los comicios, la Asamblea Nacional, controlada por el régimen, ha hecho lo que le da la gana. La razón es que no estábamos preparados para lidiar ni con una Asamblea controlada 100% o 70% por el oficialismo. Salvo por pocos diputados que han hecho bastante ruido, nuestra presencia en la Asamblea ha tenido los mismos resultados que nuestra ausencia total (exagero un poco a propósito).
El poder político tiene dos grandes etapas: la primera es obtenerlo. La segunda es saber administrarlo, algo que este régimen no ha aprendido. Pero la oposición también debe tener una estrategia bien clara y definida: 1) Qué leyes presentará y cuáles apoyará si las propone el régimen. 2) Qué plan de gobierno le ofrecerá a la ciudadanía si obtienen el poder en la próxima vuelta. Dejo al buen juicio de la ciudadanía, de los partidos políticos y de la MUD si lo dicho aquí se ha cumplido.
Con esto lo que pretendo establecer es que una discusión sobre si la oposición va a votar o abstenerse no se resuelve tan fácil con una respuesta de sí o no. Si votamos es para ganar la mayoría en la Asamblea Nacional. Si es para perder y estar cinco años más como jarrones chinos, habría que analizar cuidadosamente si vale la pena. Si la decisión es abstenerse es porque ya tendríamos una estrategia bien definida para enfrentar al régimen que controlará, como hoy, todos los poderes públicos. También podría haber otro escenario y es que no haya elecciones, bien porque el gobierno cambia las reglas del juego electoral (vigilen las comunas) o porque se produce un golpe de Estado (auto o infligido por otros). También para esto hay que estar preparado.
Para hacer un análisis político hay que conservar la MUD para acciones netamente electorales o convertirla en un instrumento más representativo de la sociedad que se ocupe de planes y estrategias o, como han sugerido algunos, dejar la MUD para lo estrictamente electoral y darle vía libre a los partidos políticos, a las ONG, universidades, etc., para que se lancen al ruedo con sus proposiciones para un nuevo gobierno. Que se constituyan ellos en otra MUD paralela, en constante comunicación con la actual.
Si no tenemos claro qué hacer, si ganamos, perdemos o nos abstenemos, mejor es dejar la decisión a un “cara o sello”. Al fin, en ese caso, dará lo mismo.
PD: Se va “Clorox”. El régimen continúa en problemas. Ya se sabe que tiene uno grande de divisas para cumplir su corrupto y exagerado endeudamiento. La solución, hasta ahora, ha sido correr la arruga, pero, cuando ya no se pueda, ni siquiera tendremos productos con cloro para limpiar lo que dejarán después de que apaguen la luz.