El jefe de la delegación oficial del gobierno colombiano en las negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC, Humberto de la Calle, denunció este sábado en La Habana la interceptación “ilegal” de sus comunicaciones electrónicas, con la intención de “sabotear el proceso de paz”.
“Autoridades en Colombia me informan que hechos recientes demuestran que operaciones ilegales lograron infiltrar mis comunicaciones electrónicas” y “que las comunicaciones a través de mi celular también pudieron ser infiltradas”, dijo De la Calle, en un comunicado entregado a la prensa en La Habana.
El jefe negociador destacó, sin señalar responsables, que además “en al menos 17 oportunidades intentaron acceder a mi computador y a mis correos personales, con lo cual no sólo pueden conocer la información que manejo, sino que tienen la capacidad de enviar mensajes a mi nombre”.
Asimismo, “siguen apareciendo cuentas y perfiles falsos en redes sociales que jamás he abierto”, se quejó De la Calle, subrayando que “es inadmisible recurrir a este tipo de prácticas no sólo para buscar lo que públicamente ya es conocido, sino para sabotear el proceso” de paz.
El jefe negociador consideró “lamentable que esto suceda” en momentos en que “la transparencia con la que la delegación del Gobierno ha manejado la información relacionada con las conversaciones no tiene discusión”, en referencia a la publicación por el gobierno y la guerrilla el miércoles de 65 páginas con los acuerdos parciales alcanzados desde que comenzaron las negociaciones en noviembre de 2012 en La Habana.
Ante la denuncia de De la Calle, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, tildó el hecho de “inaceptable” e informó que fueron técnicos de la Policía Nacional quienes -ante un pedido del propio jefe negociador- estudiaron sus cuentas electrónicas y detectaron que estaban siendo interceptadas.
La denuncia se produce siete meses después de que la revista colombiana Semana revelara que miembros del Ejército instalaron en 2012 una oficina para interceptar ilegalmente comunicaciones de diversas personalidades involucradas en las conversaciones de paz, incluido De la Calle, lo que desató un escándalo político en Colombia.
El presidente Santos afirmó entonces que el espionaje era “totalmente inaceptable” y solicitó al Ejército un informe sobre el caso, mientras que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dijeron que ese hecho mostraba la “necrosis” institucional en ese país.
AFP