Pensé hacerlo tanto por la trascendencia que esto implica, como por la “advertencia” que hizo Maduro al salir del país: “Esas son declaraciones muy delicadas que sólo deben dar los organismos competentes del Estado”, ¿so pena de sufrir las mismas consecuencias que el Dr. Sarmiento, Presidente del Colegio de Médicos del Estado Aragua, perseguido por cumplir su deber profesional y ciudadano al alertar sobre la epidemia?
La respuesta a Maduro llegó de inmediato, como ejemplar demostración de responsabilidad y coraje cívicos: la Academia Nacional de Medicina, la Sociedad Venezolana de Infectología, la Red de Sociedades Científicas Médicas Venezolanas y el Instituto de Medicina Tropical de la UCV, hablaron al país sin ahorrar cifras ni adjetivos. Compartieron con el pueblo conciencia y valentía.
A un régimen cuyo cuestionado respaldo popular ha colapsado y que se empeña en afincar políticas que han arruinado la nación, ya no le basta, para aplacar el enorme descontento popular, con criminalizar la pacífica protesta, en todas sus expresiones. Pretenden, a punta del SEBIN, impedir la denuncia y la información critica, aunque ello implique pérdida de vidas humanas.
Esta es la urgencia que enfrentamos: impedir la instauración de un Estado Comunal, que aniquile la soberanía popular; rescatar la soberanía nacional entregada a Cuba, y salvar vidas humanas. La degradación moral de este régimen tiene consecuencias irreparables que se acumulan cada día que pasa. Por ello es necesario lograr un cambio político profundo lo antes posible.
La reacción de los médicos, y miembros de todo el sector salud, demuestra que tenemos la fuerza moral y la ciencia requeridas para enfrentar y derrotar al régimen y la cómplice medicina castrista. Las expresiones se repiten en toda Venezuela: Maduro y su regimen tienen que irse, por incapaces, por corruptos y por irresponsables. Para bien del país y para dar inicio a la reconstrucción nacional.
@mariacorinaYA