Actualmente Venezuela cuenta con dos satélites, el Simón Bolívar, el cual fue construido por China y puesto en órbita en el año 2008 con una inversión de 250 millones de dólares y el Miranda, el cual nos costó unos 140 millones de dólares y fue puesto en órbita en el año 2012 desde una base en China, ambos tendrían objetivos específicos que a continuación describiré.
El satélite Simón Bolívar fue construido con la finalidad de llevar educación hasta las zonas más remotas, aumentar el tráfico de telecomunicaciones, es decir una telefonía e Internet más rápidas. En el área de salud, ayudar a las poblaciones que debido a su gran lejanía de los centros poblados principales del país se encuentran desasistidas.
Se hablaba de “Telemedicina”, en la cual gracias al satélite se podrían hacer transmisión y recepción digitalizada de imágenes de radiografías, ultrasonidos, resonancias magnéticas, mamografías, entre los centros de diagnóstico y los centros primarios de atención en salud ubicados en poblaciones rurales o indígenas.
Las “Teleconsultas”, lo que permitiría al médico general o el paramédico ubicado en las comunidades rurales más remotas, enviar a médicos especialistas ubicados en hospitales generales o especializados, consultas para apoyar el diagnóstico y la terapia del paciente con casos clínicos complejos, a su vez se crearía una red asistencial con ambulancias capacitadas para conectarse al SB, entre otras cosas tan increíbles, que vistas en el país de hoy donde ni acetaminofén se consigue son totalmente ridículas.
No obstante con todos los logros que traería el SB, se aprobó la creación del satélite Miranda el cual nos traería como beneficio “conocer el territorio venezolano a fondo para tomar decisiones sobre el desarrollo de diversas actividades en el país”, también tendría la maravillosa capacidad de “realizar mapas cartográficos, así como también evaluación de los suelos, cosechas, producción, recursos hídricos, que a su vez ayudaría a verificar el financiamiento que es otorgado y su correcto uso”, todo esto con la finalidad de “reimpulsar” la producción nacional entre otras cosas.
El éxito de nuestro segundo satélite lo podemos evidenciar en las largas colas para adquirir productos básicos gracias a la excesiva producción nacional, y probablemente el éxito de nuestro tercer satélite será algo como la erradicación de la pobreza y la inseguridad en nuestro país por vía satelital.
Aarón Andrés Rodríguez Moro – @RodriguezAaron