No alcanzamos entender qué resulta más funesto para un país, si la incapacidad o la falta de seriedad de sus gobernantes. Y aunque las dos maneras de manejarse un gobierno resulten tan impropias, una que hoy se pone más de manifiesto es la hipocresía, distorsión y manipulación de las realidades.
No es la primera vez que se critica al régimen por sus precipitados pronunciamientos frente a situaciones tan deplorables como la recientemente acontecida, en relación con el asesinato de Roberto Serra; sin embargo, podemos observar que cada vez son más extravagantes las posturas de los más altos personajes del poder, en un afán perverso de sacar provecho a situaciones que, como en este caso concreto, merecen el repudio de todos los venezolanos amantes de la paz y de la verdad.
No es necesario tener mayor olfato detectivesco para entender, en el caso mencionado, que la autoría del horrendo asesinato no hay que buscarlo fuera de los círculos inmediatos de la víctima, de acuerdo a lo que puede interpretarse de los sucesos del pasado martes en Quinta Crespo; pero sin caer en la tentación de emitir juicio a priori, al estilo de quienes criticamos, estamos convencidos de la manipulación por parte de los más altos jefes de los poderes del Estado sobre esta situación concreta.
Y de verdad no debe causarnos extrañeza esta posición; cualquiera que viva en Venezuela estaría en capacidad de predecirla, dado el amplio expediente de comportamientos similares, por parte de quienes nos vienen gobernando a todo lo largo de los últimos 15 años.
Lamentablemente el cinismo es la conducta permanente del chavismo en Venezuela y esto es muy grave para un país que tiene la necesidad de creer en sus líderes y desarrollar y difundir principios de honestidad.
Tal situación determina el clima de desconfianza que hoy prevalece en los venezolanos. No le creemos a la gente del gobierno, y la actitud pareciera contagiarnos al punto de llegar a desconfiar de nuestros propios líderes naturales, e impedirnos ser más efectivos en el accionar político que pueda llevarnos a sacudirnos de esta pesadilla que representa este que no dudamos de calificar de régimen cínico-militar.
Es por eso que, quienes nos ubicamos en este lado de la política, en este inmenso y diverso sector de la oposición, debemos realizar un esfuerzo por alcanzar la transparencia que nos permita avanzar sin mayores obstáculos en la conformación y consolidación de esa gran fuerza requerida para expulsar del poder a los grandes farsantes que hoy pretenden sumirnos en el engaño de hacernos creer en un país que lo ha perdido casi todo, menos la fe y la esperanza en un destino mejor.
En nuestras manos está devolverles a todos los venezolanos la confianza en sus líderes y el respeto que deben merecer quienes asuman la conducción de su destino. El país ha perdido mucho y de allí que el reclamo sea mayor. Desde nuestras distintas posiciones, contribuyamos con nuestro esfuerzo individual y colectivo a reconquistar la Venezuela que todos merecemos.
@JJMorenoA