Venezuela ha entrado en una ineludible e inexorable fase terminal de descomposición.
Esta fase se manifiesta no sólo en la agudización de la crisis general, sino también en los solapados enfrentamientos entre diversos factores del poder rojo desde que perdieron al que los mantenía bajo control y aseguraba unidad de mando.
Estamos ante un monstruo como la mítica Hidra de aliento venenoso, que según cuentan tenía tres, cinco, nueve o hasta cien o incluso mil cabezas,. La Hidra duplicaba cada cabeza que le decapitaban y tenía una cabeza inmortal.
La gran diferencia es que las múltiples cabezas de aquella Hidra aumentaban su poder, mientras que las de la Hidra Roja la debilitan, ya que muchas andan por la libre e incluso enfrentadas entre sí, rivalizando por el poder. Y perdieron a su cabeza inmortal.
Varias de las cabezas lucen descoordinadas, actuando cada una con agenda propia, mejor dicho, con “cabeza propia”; pero están pegadas al único cuerpo de la terrible Hidra.
Las cabezas
1) Por un lado anda Maduro, quien aparentemente ostenta el poder, pero que luce perdido y desamparado ¿¡QUÉ QUIERES TU QUE YO HAGA!? Grita y repite públicamente, desconcertado ante la exigencia de una joven militante roja descontenta.
¿Con quién cuenta Nico? ¿Qué poder real tiene? ¿A quien manda? Si ni pudo con La Casona…y el Sacudón resultó pura paja.
2) No está claro si aún tiene a los cubanos a su lado, pero es conocido que estos no se anotan a perdedor. ¿A quién estarán sondeando los Castro?
3) Otra cabeza vociferante es Cabello, cuya agenda supuestamente es más económica que política, dicen que dijo (ojo, no me consta) que sólo le interesa acumular riqueza y disfrutarla, cosa que parece se está poniendo cada vez más difícil (no acumularla, sino disfrutarla) ¿Cuán poderoso es su piso político/militar realmente? Últimamente parece “agarrado fuera de base”. Aunque, como escribió Quevedo “Poderoso caballero es don Dinero” y sus tentáculos, los del dinero, pueden llegar hasta “instituciones” y personas con tendencias a retribuir cumpliendo ordenes.
4) Entre los variopintos cocos de la Hidra Roja, han comenzado a asomarse más notoriamente los colectivos armados, los paramilitares rojos, que ante la ausencia del difunto, se están disputando a sangre y fuego el dominio y mando; sin control alguno por parte del estado forajido, que ahora parece querer cortarles el cambur (y las cabezas), después que los armó y alimentó hasta engordarlos, como a uno de los que mentan como su referente, el inefable Barreto.
¿Dónde, en qué y con quién andará?
5) ¿Y por qué Bernal, otro supuesto amigo “invisible” de los colectivos, dice que estos crímenes pudieran seguir? ¿Cuántos bandos de colectivos están enfrentándose? ¿Quién los coordina? ¿Quién con quién, y, quién contra quién?
6) En medio de las convulsiones recientes, otras cabezas calientes han advertido, con frases que suenan entre amenazas y susto, que vienen más peligros y que podría haber muertos también entre los líderes de la oposición. Grave.
7) Parece andar por su cuenta la cabeza que ha demostrado tener mayor poder de fuego, Rodríguez Torres, quien con el control de las armas oficiales, manifiesta sus planes de “desarme” nacional, incluyendo a los colectivos rojos. No quiere competencia ¿Querrá la presidencia?
Dicen que para el desarme de los colectivos contaba con el apoyo del líder recientemente asesinado, cercano a los mismos, según cuentan; por lo que no luce descabellada la tesis del escarmiento violento por parte de algunos de estos bandos (o bandas) por sentirse traicionados.
Aún cuando el día del hecho, uno haya perdido la chaveta acusando a sicarios de Uribe (siguiendo el guión cubano), otro haya hablado desconcertado y otro se haya quedado muy calladito.
Poco después la policía del ministro develó que fue una extraña combinación entre el jefe de guarda-espaldas del occiso y el “hampa común” (¿por iniciativa propia?).
La misma policía que días después, aparentemente ajustició a 5 militantes de un colectivo rojo y allanó viviendas de las Misiones en busca de otros; descalificándolos luego como criminales sin vínculos con el régimen, a pesar de las innumerables evidencias gráficas que prueban una conchupancia muy cercana. Algo hiede.
Después de varios días de silencio, la testa “mayor” pidió que se investigaran los hechos, aparentemente para calmar a los colectivos alzados pero generando malestar entre los policías. Mostrando así más contradicciones y confrontaciones entre cabezas rivales de la Hidra Roja.
Como cuando el mismo confesó que el 12 de febrero había ordenado al Sebin mantenerse acuartelado.
Se nota a quien le hicieron caso.
Dudas
¿Quién manda aquí?
¿Quiénes son aliados y quiénes rivales, al menos circunstanciales?
¿Habrá champú para tantas cabezas?
Caracas, 14 de Octubre de 2014
Christian Burgazzi
@cburgazzi