Las autoridades de Sao Paulo admitieron hoy por primera vez que existen problemas de abastecimiento de agua en algunos puntos del estado más poblado de Brasil como consecuencia de la histórica sequía que afecta a la región.
El volumen de la represa de Cantareira, el principal reservorio de agua de la región metropolitana de Sao Paulo y que abastece a 6,5 millones de habitantes, alcanzó el mínimo histórico de 4,5 %, y las autoridades ya solicitaron acceso a una segunda reserva técnica conocida como “volumen muerto”.
A pesar de que la situación había sido denunciada semanas atrás por vecinos de diferentes barrios de la ciudad, la Compañía de Saneamiento Básico del Estado de Sao Paulo (Sabesp) reconoció hoy por primera vez “problemas” de abastecimiento en “algunos puntos altos y distantes”.
“Las elevadas temperaturas de los últimos días provocaron un aumento del consumo que, asociado a las medidas operativas para llevar agua de otros sistemas a barrios originalmente atendidos por la Cantareira, perjudicó el abastecimiento en algunos puntos altos y distantes”, subrayó la Sabep en un comunicado.
La compañía animó a los paulistanos a “reducir su consumo” con el fin de poder enfrentar lo que calificó como “la sequía más grave de la historia” de Sao Paulo.
La crisis hídrica comenzó a inicios del año debido a la falta de lluvias en la región, sobre todo durante el periodo de verano, y las autoridades confían en que a partir de noviembre la situación pueda ser revertida.
El tiempo seco y caluroso también ha reducido el agua de los embalses de los que se alimentan las hidroeléctricas del sudeste y centro-oeste de Brasil, donde los reservorios se encuentran en niveles similares a los de 2001, cuando hubo un severo racionamiento de energía en el país.
De acuerdo con la Operadora Nacional del Sistema Eléctrico (ONS), el nivel de los reservorios de sudeste y centro-oeste, los más importantes del país, podría llegar a fines de octubre al 19,9 % de su capacidad, por debajo de la que se registró durante el año del racionamiento (21,3 %).
No obstante, a pesar del bajo nivel del volumen de agua, el Gobierno ha descartado en más de una ocasión un posible racionamiento de energía como ocurrió en 2001, cuando una fuerte sequía casi paralizó a las represas hidroeléctricas. EFE