El fundador del Sistema de Orquestas de Venezuela, el economista José Antonio Abreu, cree que no existen niños sin talento para la música y con esa premisa su meta es que todo venezolano sea músico y que los ritmos sublimes le ayuden a vencer temores, subir la autoestima y amar lo bello de la vida.
Nélida Fernández/EFE
“Cualquier niño, cualquier joven tiene el potencial del arte musical y el desarrollo orquestal lo que hace es potenciar esa vocación”, aseguró el premio Príncipe de Asturias de las Artes de 2008 en una entrevista con Efe.
El “maestro”, como todos le llaman en Venezuela, recuerda que el proyecto sinfónico que se conoce como “El Sistema” y que se fundó hace 40 años es más social que artístico y su principal objetivo es “rescatar a través de la música a niños y jóvenes de medianos y bajos recursos”.
A un niño que nace con desventajas sociales, el aprendizaje de un instrumento musical “le abre un camino luminoso”, le “ennoblece” y “dignifica”, asegura Abreu que señala que ese chico músico, además, llena de orgullo a su familia, a su barrio y a sí mismo al poder representar con dignidad a su país en cualquier parte del mundo.
“El desarrollo de la música despierta muchas potencialidades intelectuales ocultas en los niños, por ejemplo favorece el talento matemático”, apunta el fundador de más de 800 orquestas y casi 400 coros venezolanos que componen “El Sistema” en el que se forman más de 500.000 chicos y jóvenes .
Destaca que a lo largo de estos 40 años ha podido observar como los niños que ingresan en el Sistema desarrollan una concepción estética, y “empiezan a apreciar la belleza en todas sus manifestaciones”, no solo en su manifestación artística, sino “la belleza de la vida misma”.
Abreu dice que su idea es que este proyecto no pare de crecer y que cada niño pueda tener un cupo en las orquestas, meta que cree posible pues el Estado venezolano ha apoyado plenamente al Sistema e incluso durante el actual gobierno de Nicolás Maduro pasó a estar adscrito directamente a la Presidencia.
“Se le otorga todo el respaldo en recursos para financiar al personal docente, recursos para adquirir instrumentos y recursos también para construir las infraestructuras necesarias”, indica.
Entre los proyectos que han crecido al amparo del Sistema se cuentan ocho centros del Programa Académico Penitenciario por el que “cientos de presos” han pasado a formar parte de las orquestas penitenciarias y el Programa de Educación Especial para niños que viven con alguna discapacidad.
Además, ahora el Sistema “toca en las maternidades” con un programa con el que los niños que están por nacer y los recién nacidos ya se conectan con la música sinfónica.
“Nosotros queremos sembrar la música en todo sentido, de ahí que también lo hagamos con niños que están sujetos a tratamientos médicos”, agrega y apunta que cuando ese niño es dado de alta “ya tiene un camino en la música, ya entró en contacto con nosotros”.
A fines de este 2014 la atención del maestro está puesta, sin embargo, en una orquesta en especial, la Sinfónica Juvenil de Caracas, creada en 1980 y compuesta por 200 músicos de entre 18 y 24 años, que se prepara para una gira por Europa con presentaciones en Francia, Suiza, Alemania, Croacia, Hungría, Austria y Suecia.
“Esta no es su primera gira internacional pero tiene una particularidad muy especial, es la primera vez que se visitan países como Croacia y Hungría y Suecia (…) países que tienen una inmensa calidad musical”, comenta.
La orquesta, auspiciada también por la Alcaldía de Caracas, ha sido conducida por el laureado maestro venezolano Gustavo Dudamel, que fue su director titular, así como por los austríacos Florian Ebersberg y Georg Mark, la japonesa Missa Johnouchi, el brasileño Isaac Karabtchevsky, Sung Kwak y el suizo Leon Botstein.
Abreu comenta que las más altas autoridades de los países que serán visitados confirmaron su asistencia a los conciertos de la SJC en los que se interpretarán, además de obras de los compositores rusos Dimitri Shostakovich e Igor Stravinsky, y el sueco Rolf Martinsson, piezas de los autores venezolanos Evencio Castellanos y Antonio Estévez.
La experiencia del Sistema fuera de sus fronteras ha hecho, dice el maestro, que otros países se animen a instalar un programa social musical inspirado en el proyecto nacional, y ese es el caso de Francia, Grecia, la mayoría de los países de Suramérica y parte de Centroamérica y El Caribe.
“¿Cuándo me daría por satisfecho? Nunca, porque siempre habrá un niño que necesita, que requiere la música como acompañamiento fundamental de su vida, siempre habrá un joven con talento para la música y siempre habrá comunidades, familias, barrios, sectores, que vean en el desarrollo musical colectivo una prenda de belleza y de alegría”, sentencia. EFE