China lanzó el viernes una nave espacial experimental para que orbite la Luna y regrese a la Tierra, como preparación para el primer viaje no tripulado del país asiático a la superficie del satélite natural.
El programa de ocho días es una prueba para una misión programada para 2017 que tiene la intención de colocar una nave espacial china en suelo lunar, recoger muestras y regresar a la Tierra. Eso convertiría a la floreciente potencia espacial que es China en apenas la tercera nación que realiza tal misión, después de Estados Unidos y Rusia.
La nave despegó desde el centro de lanzamiento de satélites de Xichang, en el oeste del país, durante la madrugada, se separó del cohete propulsor y entró en la órbita de la Tierra poco después, dijo la administración estatal de Ciencia, Tecnología e Industria para Defensa Nacional, según la agencia oficial de noticias Xinhua.
El programa de exploración lunar de china, llamado Chang’e por una diosa de la mitología, ya ha lanzado un par de sondas orbitales lunares y el año pasado colocó en suelo lunar una nave con un vehículo explorador a bordo. Ninguna de esas misiones fue programada para regresar a la Tierra.
China además ha dejado entrever la posibilidad de una misión tripulada a la Luna en el futuro si los funcionarios deciden combinar los programas de vuelos tripulados y exploración lunar.
Xinhua dijo que la última misión busca “obtener datos experimentales y validar tecnologías de reentrada como guías, navegación y control, posición térmica y diseño de trayectoria”, para el próximo satélite que aterrizará en la luna bautizado como Chang’e 5.
Volverá a la tierra utilizando un método de diseño soviético por el cual primero rebotará en la atmosfera de la Tierra para ralentizar su velocidad y entrar en la atmosfera sin quemarse.
El programa especial chino, que tiene el respaldo del ejército, es una gran fuente de orgullo nacional, especialmente su serie de exitosas misiones tripuladas que han colocado hasta a tres astronautas a la vez en una estación espacial experimental en órbita.
China mandó su primer astronauta al espacio en 2003, convirtiéndose en el tercer país que puede viajar al espacio de forma independiente tras Rusia y Estados Unidos.
El gigante asiático ha impulsado una serie de pasos metódicamente cronometrados, independientes del programa estadounidense, que tiene seis décadas de experiencia en el envío de gente al espacio y, a largo plazo, planea ir a un asteroide y a Marte.
Junto con el programa tripulado, China está desarrollando el Larga Marcha 5, un cohete de propulsión más potente necesario para lanzar una estación espacial permanente que se llamará Tiangong 2. AP