El Gobierno español no tiene intención de entrar en una escalada de reacciones tras el anuncio hecho por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de revisar las relaciones con España, después de que Mariano Rajoy recibiera el pasado miércoles a Lilian Tintori, esposa del líder opositor Leopoldo López, encarcelado desde el pasado 18 de febrero, según supo el diario ABC de fuentes gubernamentales.
El Ejecutivo se encuentra a la espera de ver en qué se concreta el anuncio de Maduro, quien, por otra parte, ya en verano de 2013, dijo que revisaría las relaciones con España, después de un incidente con el avión en el que viajaba el presidente de Bolivia, Evo Morales. Entonces, el mandatario venezolano acusó a Rajoy de «infame» por pretender revisar el avión de Morales para saber si llevaba o no a Edward Snowden.
El embajador de Venezuela en Madrid, Mario Isea, en conversación con este periódico, señaló que no puede saber aún en qué consistirá esa revisión de las relaciones y agregó que Nicolás Maduro ha dado instrucciones al ministro de Relaciones Exteriores y a distintas instituciones del Estado en ese sentido, para hacer luego una evaluación y tomar decisiones concretas.
Isea insistió en que el Gobierno de Venezuela, tal como manifestó su presidente, considera «un acto inamistoso de injerecionismo» la actitud de Mariano Rajoy y subrayó que se han mostrado sorprendidos «porque las relaciones eran cada vez mejores y ambos países se habían votado mutuamente para un puesto en el Consejo de Seguridad». Sobre el hecho de que la reunión con Lilian Tintori se produjera en la sede del PP y no en La Moncloa, indicó que la protesta del Ejecutivo venezolano «se refiere al fondo más que a la forma».
Elecciones de 2013
El presidente de Venezuela ya tuvo un fuerte roce con el Gobierno de Rajoy cuando tras las elecciones celebradas en ese país en abril de 2013, unas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, pidiendo tiempo para ver quién había resultado vencedor, si Maduro o el opositor Henrique Capriles, fueron interpretadas como una petición de recuento de votos. Maduro llamó a consultas a su embajador en Madrid y anunció «medidas ejemplares» diplomáticas, políticas y económicas. Una aclaración por parte de García-Margallo hizo que pronto las aguas volvieran a su cauce y el incidente se diera por superado.
Sin embargo, los contactos con Venezuela han sido muy escasos desde la llegada al Gobierno de Mariano Rajoy, que se ha convertido en uno de los principales objetivos de la irritación del sucesor de Hugo Chávez. El encuentro de más alto nivel fue el que mantuvieron hace ya algún tiempo el secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Jesús Gracia, y el viceministro venezolano de Relaciones Exteriores, Calixto Ortega.