Las encendidas protestas por la desaparición de 43 estudiantes mexicanos en el estado de Guerrero (sur), de la cual este domingo se cumple un mes, continuaron este sábado con manifestaciones y saqueos en comercios, mientras las autoridades anunciaron el hallazgo de más cadáveres en fosas clandestinas.
Fotos Reuters
Unos 200 estudiantes de la escuela rural de magisterio donde estudiaban los desaparecidos saquearon al menos dos supermercados en Chilpancingo, capital de Guerrero, donde en días pasados manifestantes destrozaron edificios oficiales e incendiaron la sede de gobierno en la que despachaba el gobernador Ángel Aguirre.
Aguirre pidió licencia el jueves tras semanas de presiones del movimiento estudiantil y familiares de los desaparecidos, argumentando que quiere el mejor clima para favorecer las investigaciones. El Congreso estatal espera elegir a su sustituto el próximo martes.
Algunos con sus rostros cubiertos, los manifestantes destrozaron este sábado vidrios y estanterías de los comercios y se llevaron y repartieron alimentos y artículos electrodomésticos, mientras otros pintaban “Todo gratis” en las paredes de los establecimientos, ahora custodiados por policías antimotines, según constató la AFP.
Un grupo de maestros apoyó esa acción gritando consignas en contra de que “el Estado criminalice a los muchachos” desaparecidos tras un ataque de policías locales y miembros de cártel local Guerreros Unidos en la ciudad de Iguala el pasado 26 de septiembre.
El viernes, familiares y compañeros de los desaparecidos manifestaron su desconfianza en la investigación federal y rechazaron ser vinculados “con grupos delictivos”, después de que la fiscalía general apuntase que los universitarios fueron víctimas de una confusión por parte de Guerreros Unidos con otro grupo rival la noche del ataque.
También exigieron que se “redireccionen las líneas de investigación” y que el presidente Enrique Peña Nieto “escuche directamente la voz de los padres de familia” y los reciba personalmente.
De su lado, la denominada comisión civil de impulso a la búsqueda de los jóvenes, integrada por varias ONG y personalidades como el poeta Javier Sicilia, denunció este sábado en un comunicado que la desaparición de los chicos “alcanza las proporciones de un crimen de lesa humanidad”.
También acusó al Estado mexicano de haber sido “incapaz” de coordinar las investigaciones, que siguen sin resultados a sólo un día de que se cumpla un mes de la desaparición.
– Siguen apareciendo cadáveres –
Poco después del mensaje de los familiares, la fiscalía federal subió el viernes de 30 a 38 la cifra de cadáveres hallados en fosas clandestinas en zonas montañosas aledañas a Iguala desde que se emprendió la búsqueda de los estudiantes.
La mayor cantidad de restos fue descubierta el 4 de octubre en cinco fosas clandestinas en la localidad de Pueblo Viejo, donde se exhumaron 28 cuerpos. De acuerdo con exámenes de la fiscalía general hechos con muestras de ADN de los familiares, ninguno de esos restos corresponde a los jóvenes alumnos desparecidos.
Después, el 9 de octubre, el fiscal general, Jesús Murillo Karam, anunció que tras declaraciones de detenidos -que suman ya 52, entre funcionarios, policías y narcotraficantes-, habían sido localizadas otras cuatro fosas clandestinas también en Iguala, sin precisar el número de cuerpos encontrados en esos enterramientos.
Pero el viernes la fiscalía reportó que en ese segundo grupo de tumbas ilegales “se realizó el levantamiento de ocho cadáveres” a los que “se les están realizando los exámenes periciales”, que se suman a otros dos encontrados en fosas clandestinas ya reportadas.
La fiscalía añadió que, al margen de los resultados de sus peritos, está “a la espera” de los análisis de un grupo de forenses de Argentina involucrados en el caso por petición de los familiares y organizaciones civiles.
– Protestas incendiarias –
Las protestas violentas del sábado se suman a las que ha habido en días pasados en Guerrero, combinándose con multitudinarias marchas pacíficas por todo México.
Una de las más enardecidas se registró el pasado día 13, cuando cientos de estudiantes y maestros incendiaron parcialmente el complejo de edificios del gobierno de Guerrero mientras pedían a gritos la dimisión de Aguirre.
A la semana siguiente, unas 500 personas prendieron fuego a instalaciones del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), con el apoyo del cual Aguirre se convirtió en gobernador de Guerrero en abril de 2011.
Las instalaciones de la alcaldía de Iguala también fueron incendiadas el miércoles.
Las autoridades siguen buscando al prófugo alcalde de esa ciudad, José Luis Abarca, a quien se acusa de ordenar a los policías municipales el ataque a los estudiantes por temor a que sabotearan un evento público de su esposa, hermana de tres destacados narcotraficantes y considerada la principal operadora de Guerreros Unidos en el municipio, según la fiscalía.
La desaparición de los estudiantes ha generado múltiples expresiones de protestas de organismos internacionales, como la ONU y la Unión Europea, y de figuras como la del delantero mexicano del Real Madrid Javier “Chicharito” Hernández, quien dedicó un mensaje a los familiares de estos jóvenes.
AFP