La princesa heredera de Japón, Masako, asistió a un banquete real el miércoles con motivo de la visita de los reyes de Holanda, en su primera aparición de este tipo desde que sufre una enfermedad inducida por el estrés.
La Agencia de la Familia Imperial dijo que Masako acompañó a su marido, el príncipe Naruhito, en un banquete imperial por la visita de los reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima. Funcionarios de palacio dijeron que esta fue su primera aparición en una recepción real desde que acudió a una recepción para el presidente de México en octubre de 2003.
Masako, de 50 años, enfermó poco después de dar a luz a su única hija, Aiko, que ahora tiene 12 años, y estuvo mucho tiempo apartada de sus deberes oficiales. En una señal de su recuperación, la pareja imperial asistió el año pasado a la entronización del rey en Holanda, con quienes tienen estrechos vínculos.
La princesa, de vestido sedoso blanco y tiara de plata, lucía muy sonriente mientras conversaba con el canciller holandés Bert Koenders en el banquete, transmitido en parte por los noticieros televisivos. Asistieron 160 invitados, entre ellos miembros de la realeza y el primer ministro Shinzo Abe.
Previamente, Masako asistió a una ceremonia de recibimiento al rey en la que los emperadores Akihito y Michiko ejercieron de anfitriones. Masako fue vista saludando a la reina Máxima, y las dos mujeres vestían de naranja, el color oficial de Holanda.
En un discurso previo al banquete, Akihito mencionó la agresión japonesa a la entonces colonia holandesa de Indonesia durante la Segunda Guerra Mundial, en la que muchos soldados y civiles holandeses fueron tomados prisioneros.
“Fue una desgracia que las relaciones amistosas entre Japón y los Países Bajos se vieran alteradas por la Segunda Guerra Mundial”, dijo Akihito. “Si bien nunca debemos olvidar este pasado, esperamos prestar mayor atención que nunca a la promoción de la buena voluntad entre nuestros dos países”.
Guillermo Alejandro dijo que no se deben olvidar las penurias del pueblo holandés, pero que la mutua comprensión es la base de la reconciliación. AP