La oposición de Burkina Faso exigió este viernes la dimisión “inmediata” del presidente Blaise Compaoré, que prometió una transición en el país, pero se niega a abandonar el poder.
Decenas de miles de manifestantes volvieron a salir a las calles este viernes en Uagadugú, un día después de que el ejército tomara el poder en Burkina Faso, al cabo de una jornada de violencia desatada por el intento del presidente Compaoré de perpetuarse en el poder.
Reunidos en la plaza de la Nación, delante del estado mayor de las Fuerzas Armadas, gritaban, entre otras cosas, “¡Lárgate, Blaise!”
La oposición “llama al pueblo a mantener la presión ocupando el espacio público”, declaró uno de sus mayores responsables, Zephirin Diabré en rueda de prensa, denunciando “una confusión generalizada en la cúspide del Estado”, después de que el ejército anunciara que tomaba el poder.
“El paso previo a cualquier conversación relativa a una transición política es, pura y llanamente, la marcha incondicional del señor Blaise Compaoré”, insistió.
El país vivió el jueves un día de caos, con el incendio del parlamento y el asalto a la televisión pública, que provocó la intervención de los militares.
Por la noche se oyeron disparos cerca de la sede de la presidencia, vigilada por soldados de la guardia presidencial que impedían el acceso al edificio, indicó un periodista de la AFP en el lugar.
El balance de los disturbios sigue siendo incierto. Según la oposición, los enfrentamientos dejaron unos treinta muertos y más de cien heridos, aunque no precisó si el balance se refiere a la capital, Uagadugú, o a todo el país.
La AFP sólo pudo confirmar la muerte de cuatro personas y seis heridos graves, hospitalizados en el hospital Blaise Compaoré, el más grande de la capital.
– Un gobierno de transición –
El jefe del Estado Mayor del ejército, Naberé Honoré Traoré, anunció el jueves en un comunicado leído por un militar la creación de un “órgano de transición”, que asumirá el poder ejecutivo y legislativo y que tiene el objetivo de volver al “orden constitucional” en un máximo de doce meses.
Por su parte, el presidente Blaise Compaoré, que llegó al poder en 1987 con un golpe de Estado, dijo en televisión que “entiende” el mensaje de la población, pero no habló de su posible dimisión.
“Sigo estando disponible para abrir negociaciones con vosotros”, afirmó.
Diabré denunció el hecho de que tanto el ejército como el presidente hayan llamado “a una transición política” sin definir “sus contornos y su contenido exacto”.
Para la oposición, “toda transición política debe concebirse (…) en torno a las fuerzas de la sociedad civil, e integrar a todos los componentes de la nación (…), incluido el ejército”.
El toque de queda se impuso en todo el país entre las 19h00 y las 06h00, hora local, aunque el presidente levantó por la tarde el estado de sitio que había decretado unas horas antes.
Los manifestantes denunciaron la toma del poder por parte del ejército y en particular el papel del jefe del Estado Mayor, Nabéré Honoré Traoré, que consideran afín al presidente.
El jueves por la tarde decenas de miles de manifestantes pidieron que asuma el poder Kwamé Lugué, exjefe del Estado Mayor y ministro de Defensa hasta su destitución en 2004.
Este ex militar se reunió con altos cargos del ejército y con el Mogho Naba, el líder de los Mossi, la etnia mayoritaria en Burkina Faso y una figura muy respetada.
– 27 años en el poder –
Blaise Compaoré ha participado en tres golpes de Estado. El último, en 1987, le permitió llegar al poder. Tras 27 años en la presidencia, Compaoré quería cambiar de nuevo la Constitución para quedarse hasta después de 2015, una reforma que desató las protestas.
Su intención era modificar por tercera vez, tras haberlo hecho en 1997 y 2000, el artículo 37 de la Constitución que limita a un máximo de dos los mandatos presidenciales de cinco años.
AFP